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Londres firma la orden de extradición a EEUU de Assange, que apelará

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que expuso los abusos de EEUU en Guantánamo, Irak y Afganistán, está más cerca de ser entregado a ese país, donde podría ser condenado a 175 años de cárcel, después de que el Gobierno británico firmara la orden de extradición, aunque su equipo legal anunció que recurrirá la medida.

Movilización de apoyo a Julian Assange, el pasado día 8 en Viena. (Joe KLAMAR | AFP)

A falta de un último recurso que WikiLeaks ya ha dicho que presentará, la ministra británica de Interior, Priti Patel, firmó ayer la orden de extradición de su fundador, Julian Assange, de 50 años de edad, a EEUU, donde se le quiere juzgar por una filtración masiva de documentos confidenciales que evidenciaron abusos cometidos por EEUU en Guantánamo, Irak y Afganistán.

La Justicia estadounidense reclama al periodista australiano para procesarlo por 18 delitos de espionaje e intrusión informática a raíz de las revelaciones de su portal, que, según su equipo legal, pueden acarrear hasta 175 años de cárcel en ese país.

Patel rubricó la orden después de que el pasado 20 de abril un tribunal británico autorizara la entrega de Assange.

Pese a todo, este no es aún el final del camino para el periodista, que tiene 14 días para recurrir la orden. WikiLeaks y su equipo legal anunciaron que apelarán la decisión ante el Tribunal Superior y lamentaron un «día negro para la libertad de prensa y la democracia británica».

El periodista tiene, como última opción, la posibilidad de recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Assange lleva más de diez años confinado en Inglaterra sin ser convicto, primero bajo arresto domiciliario a raíz de un caso de presuntos delitos sexuales ya archivado, y entre 2012 y 2019 refugiado en la Embajada de Ecuador. Allí fue detenido después de que el entonces presidente, Lenín Moreno, le retirara la protección que le había concedido su predecesor, Rafael Correa. Desde entonces permanece en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, al este de Londres.

Según el Gobierno británico, «las cortes británicas no han encontrado que el proceso de extraditar a Assange sea opresivo, injusto o suponga un abuso de proceso».

«Tampoco han hallado que la extradición sea incompatible con sus derechos humanos, como el derecho a un juicio justo y a libertad de expresión», puntualizó un portavoz del Home Office.

Castigado por su trabajo.

«Julian no hizo nada malo. No ha cometido ningún delito y no es un delincuente. Es periodista y editor, y está siendo castigado por hacer su trabajo», puntualizó WikiLeaks. «El camino hacia la libertad de Julian es largo y tortuoso. Hoy no es el final de la lucha. Es solo el comienzo de una nueva batalla legal», añadió.

En tanto, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, lamentó la decisión de Patel y subrayó que permitir la extradición colocaría a Assange ante «un gran riesgo y envía un mensaje escalofriante a los periodistas de todo el mundo».

Entre 2010 y 2011, WikiLeaks expuso abusos de EEUU en su centro de detención de su base de Guantánamo (Cuba) así como presuntos crímenes de guerra en Irak y Afganistán, además de revelar cientos de miles de cables diplomáticos confidenciales que avergonzaron a Gobiernos de todo el mundo.

Stella Assange: «Julian se preparaba para esto»

Stella Assange, la esposa del fundador de WikiLeaks y parte de su equipo de defensa, relató a Efe que antes de conocer la decisión del Gobierno británico Julian Assange «tenía mucha ansiedad, y no podía dormir. Se estaba preparando para que Priti Patel firmase la orden de extradición a EEUU». Llamó la atención sobre el hecho de que el periodista conociera la decisión dos horas después de que todo el mundo la supiera. &indentHere;

Insistió en que las acusaciones contra Assange «tienen motivaciones políticas», aunque confió en que Joe Biden retome la decisión de Barack Obama, quien en 2017 decidió no imputarle por el precedente que sentaría para la libertad de prensa. «Este caso tiene severas implicaciones para la prensa en todo el mundo», reiteró su esposa, quien dijo que la persecución de EEUU contra Assange «crea un nuevo estándar para que los Gobiernos puedan perseguir a periodistas o disidentes», pese a que estos no tengan siquiera la nacionalidad estadounidense.GARA