GARA Euskal Herriko egunkaria
Interview
Lysa Tchaptchet
Jugadora del Vipers Kristiansand

«Ganar la Champions no es poca cosa; poco a poco voy asimilando y flipando más»

Lysa Tchatpchet (Camerún, 2001) levantó la copa de la EHF Champions League hace pocos días. Junto a Nerea Pena ganó el título más importante a nivel continental a sus 20 años. Saltó a Elche desde Beti Onak y el pasado otoño fichó por el Vipers noruego.

(Attila KISBENEDEK | AFP)

Disfrutar», esa es la única consgina que le dice su madre a Lysa Tchaptchet, actual jugadora del Vipers Kristiansand, equipo campeón de la Liga noruega y bicampeón de la EHF Champions League. Aún sin asumir totalmente lo que significa ganar el máximo título continental con tan solo 20 años (cumplirá 21 en diciembre), la jugadora nacida en Camerún y crecida en Atarrabia, asegura a GARA que está «disfrutando como una niña». «Aún soy muy muy joven y ojalá esto no haya hecho más que empezar», indica.

De camino a disfrutar de sus vacaciones «para desconectar», admite que ha recibido muchos consejos estas últimas semanas y cree que «el trabajo y la disciplina son lo más importante».

Primera experiencia internacional, primera Champions, primera Liga... ¿Cómo valora la temporada?

La verdad es que estoy muy contenta, además he renovado para dos años y muy contenta, muy feliz. Me ha gustado mucho la cultura noruega, la gente, la ciudad... Y también el equipo y el sistema de jugar. Todo acompaña y no veo mejor lugar para quedarme, un poco lejos de casa, pero bueno, hoy en día hay aviones y ya vendré. Estoy muy contenta y la temporada ha sido espectacular. Ha sido increíble, ha sido muy satisfactoria. Hemos cumplido todos los objetivos y no había mejor manera de terminar el curso.

¿Qué se siente al ganar una Champions League?

No es poca cosa. Creo que aún no he asumido del todo. Aún estoy en la nube. Iré asimilando a medida que pasan los días o incluso años, porque muchas compañeras con más experiencia que yo me han dicho que en varios años me daré cuenta de lo que supone ganar una Champions. Poco a poco voy asimilando más y voy flipando más.

Además, en una Final Four que ha batido el récord de asistencia. ¿Cómo lo vivió?

Muy especial también porque estaba mi familia y que te acompañe la familia siempre es bien. Y en cuanto a los espectadores, el primer día sí que me impresionó mucho. La gente me decía que iba a haber 15.000 personas pero no sabía lo que significaba 15.000 personas todas juntas. En Atarrabia creo que somos unos 10.000 y no me podía imaginar toda Atarrabia en un mismo sitio. Cuando llegamos al primer partido, la verdad es que me pareció una pasada el ambiente que había, me encantó. También es cierto que cuando estoy jugando no reparo en la grada porque estoy muy concentrada y muy rara vez suelo fijarme en la grada.

Llegó a Noruega en otoño. El equipo tenía una pivote lesionada, otra estaba embarazada. ¿Cómo se dio su fichaje?

Sí, eso es. Solo quedaba un pivote y tenían que cubrir ese puesto, porque jugar con una sola pivote todo un año es muy arriesgado. Nerea Pena ya estaba allí y contactaron conmigo a través de ella.

Debutó en División de Honor hace tres años. ¿Cómo ha crecido desde entonces?

No me puedo quejar, he destacado bastante (se ríe). Muchas veces me preguntan a ver en qué he cambiado y yo pienso que sigo siendo la misma que antes. Obviamente, mis conceptos balonmanísticos han mejorado porque voy cogiendo experiencia. Voy mejorando detalles y aún me queda mucho por mejorar. Sigo siendo la misma niña de Atarrabia.

Habrá seguido de cerca al Beti Onak. Juega su hermana Lyndie.

A mí me hace especial ilusión que el Beti Onak suba a División de Honor. Llevan años buscando ese ascenso y creo que pueden dar mucho en la categoría. A mi hermana le he dicho que disfrute, que lo pase bien, que va a ser un año bonito y también muy duro. Y que disfrute esta experiencia porque yo, por ejemplo, no pude vivir un ascenso con el Beti Onak, me hubiese gustado pero todo no se puede.

¿Le da pena no enfrentarse a su hermana?

Me haría mucha ilusión. De hecho, cuando el año pasado firmé por una temporada más con el Elche pensaba en el posible ascenso del Beti Onak.

Dice que ella tiene la cabeza más amueblada. ¿Por qué?

Mucha gente dice que somos muy iguales pero, en realidad, somos muy distintas. Mi hermana tiene una madurez que a su edad yo no la tenía, yo era más cabra loca. Y creo que juega a su ventaja que sea más amueblada, más centrada, más lista y que tenga más picardía. Creo que la cabeza de mi hermana es sobrenatural. A su edad a mí me faltaba y aún me queda un montón.

¿Cuando fichó por el Elche pensaba que el balonmano podría ser su futuro?

Para nada, ni un poco. Siempre me habían dicho pero yo hacía oídos sordos, pensaba que la gente exageraba. Yo no me veía así. Finalmente, parece que tenían razón.

Finalmente, ha compartido equipo con jugadoras de renombre internacional.

Sí, y cada una te aporta cosas distintas. Tanto Nora [Mork] como Katrine [Lunde] la portera, Gullden, Marta [Tomac]... es que te podría citar todo el equipo. Son todas grandes jugadoras, cada una me aporta cosas distintas y más en mi posición, que necesito colaboradoras para destacar. En mi equipo juegan un montón con la pivote y tengo que hacerles mucho caso. Si quiero jugar bien, tengo que hacer lo que me digan ellas.