Colombia entre el peligro y la esperanza
Ver ganar, da igual dónde ocurra, a la derecha y a su hermana la extrema derecha me exaspera. Es un voto que, aunque tenga explicaciones sociológicas, sobre todo en tiempo de crisis, no entiendo cómo se puede entregar a los responsables de esas crisis que, para más inri, se aprovechan de la miseria que han provocado para subir sus dividendos. Los resultados electorales de Andalucía me habían dejado un tanto abatida. Si a eso le añado los efectos del covid-19, el resultado es que me sentía como tirada en el lado más comatoso del verano. Sin embargo, la madrugada del 20 fue como una sacudida de ilusión y energía. «Después de 214 años tenemos un gobierno de pueblo, el Gobierno de los nadies y las nadies de Colombia», manifestó puño en alto la ya vicepresidenta, Francia Márquez. Por fin, pensé, los nadies, los mismos que Eduardo Galeano nombraba en su poema, «los dueños de nada, los que cuestan menos que la bala que los mata…», habían ganado. Horas más tarde Gustavo Petro templaba el discurso de su vicepresidenta diciendo que seguirían «trabajando dentro del capitalismo». La cuestión, como afirma Aznárez, director de “Resumen Latinoamericano”, es si seguirán dentro para «fomentarlo o para avanzar contra el capitalismo hacia algo superior». Ese es el peligro y también la gran «esperanza».