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Boric recibe el proyecto constitucional que declara a Chile un «Estado social»

El presidente chileno, Gabriel Boric, recibió el texto final del proyecto de Constitución que se someterá a referéndum el próximo 4 de setiembre y que protege especialmente la educación y sanidad públicas y los pueblos originarios. Boric valoró que, con el proceso constituyente, Chile optó «por más democracia» en un momento de crisis.

El presidente chileno, Gabriel Boric, muestra el texto del proyecto constitucional. (Javier TORRES | AFP)

La Convención Constitucional de Chile entregó ayer al presidente, Gabriel Boric, el texto final del proyecto para la nueva Carta Magna, que será sometido a referéndum el próximo 4 de setiembre, un año después de que se iniciara el proceso de redacción de una Constitución que declara a Chile un Estado social de derecho en 388 artículos y 54 normas transitorias.

«Pase lo que pase el 4 de setiembre, Chile ya cambió», aseguró el vicepresidente de la Convención, Gaspar Domínguez, en la ceremonia de entrega celebrada en la sede del Congreso Nacional en Santiago, refiriéndose al novedoso proceso con el que se intenta dejar atrás la Constitución ultraliberal heredada de la dictadura pinochetista. «El mundo nos está mirando y desde lejos, observa este proceso con asombro y esperanza», añadió.

Crear un sistema universal de salud, fortalecer la educación pública, proteger el medioambiente y engrosar los derechos de los pueblos indígenas son algunos de los temas principales de la propuesta. Así, incluye a los pueblos originarios como estado plurinacional, propone la descentralización, reforma el modelo de estado y cambia los derechos de propiedad de recursos comunes ahora privatizados como el agua.

Ademas, defiende una vivienda digna para todos, progresa hacia un sistema de pensiones más justo y busca la equidad en uno de los países más desiguales de la OCDE.

Tras recibir el texto y firmar el decreto que convoca oficialmente el plebiscito para ratificarlo, el presidente Boric valoró que Chile ha optado «por más democracia y no por menos» con la redacción de una nueva Constitución «en el momento de la crisis más profunda política, institucional y social que ha vivido nuestra patria en décadas».

Boric apuntó que la jornada de ayer será «un día que sin lugar a dudas quedará en los anales de la patria», y subrayó la importancia de debatir el contenido de la nueva Carta Magna «con altura de miras» y dejando de lado las diferencias que se puedan tener con el Ejecutivo.

«El plebiscito no es ni debe ser un juicio al Gobierno. Es el debate sobre el futuro y el destino de Chile para las próximas décadas», agregó.

Así, pidió «no descalificar a quien piensa distinto» y debatir sobre «los alcances del texto propuesto, más no sobre falsedades, distorsiones o interpretaciones catastrofistas ajenas a la realidad».

Chile inició el proceso constituyente como la vía política ante la ola de masivas protestas contra la desigualdad que comenzó en 2019 y cuya represión provocó una treintena de fallecidos y miles de heridos.

Sondeos

Pero todavía el cambio tiene una complicada recta final. Los chilenos tienen dos meses para estudiar el texto, que fue redactado durante un año por un órgano con escaños reservados para indígenas y paridad de género, y decidir el 4 de setiembre si están satisfechos con él o si prefieren mantener la actual Constitución.

Pese a que la opción de aprobar el nuevo texto en el referéndum de voto obligatorio fue durante meses la mayoritaria en los sondeos, en los últimos tiempos no hay una tendencia clara y algunos muestran una mayor preferencia por rechazarlo.

La derecha chilena, que consiguió menos de dos tercios en la Convención constituyente, votará en contra de la propuesta al encontrarla «radical», «socialista» e «indigenista», mientras que la izquierda oficialista se inclina por darle luz verde.