Vomitivo
La industria militar amplía su negocio. Deben saber que el planeta no tiene arreglo porque sería inexplicable tanta estúpida y perversa ambición. Mientras tanto, Suecia y Finlandia rompen su tradicional neutralidad y piden ser admitidas en el Club de Canallas del Americano del Norte. Hay un problema. Debe ser por unanimidad y un canalla no quiere. Se ordena que se arregle. La diplomacia funciona. Los nórdicos entregan a Turquía a los refugiados kurdos y el club celebra dos miembros más.
Antes, el anfitrión en la última cumbre de canallas, se desdice de todas sus palabras y compromisos y revende el Sahara a Marruecos a cambio de que el entrañable amigo del rey y de España, amén de otros favores, se olvide de momento de Ceuta y Melilla. La orden llegó por teléfono. El club de canallas custodiará a partir de ahora la parte trasera del local.
En el paradigma «americano», abortar pasa a ser delito, se extiende el creacionismo en las escuelas, se busca anular las bodas no «naturales», prohibir los anticonceptivos, etc.
La función de un Estado no puede ser ladrar. A no ser que sea un perro en cuyo caso está en su naturaleza. La verdad es que cuando pensaba en Europa, pensaba en otra cosa. Esto es vomitivo.
(Preso politikoak aske)