El partido italiano Movimiento 5 Estrellas (M5S) mantuvo ayer su apoyo a la coalición de Gobierno que dirige Mario Draghi a cambio de un viraje en su gestión de la economía y la fiscalidad, entre otras exigencias, un dardo con aires de ultimátum lanzado tras semanas de desavenencias.

«Estamos dispuestos a seguir compartiendo la responsabilidad de Gobierno», pero hacen falta importantes cambios, explicó el líder de la formación, Giuseppe Conte, a su salida del romano Palacio Chigi, sede del Ejecutivo.

Conte se reunió con Draghi y le entregó un documento con las principales reclamaciones de su partido, tras varias semanas de tensiones por cuestiones económicas y por los recelos del M5S a seguir enviando armas a Ucrania.

En el documento pide «medidas extraordinarias» contra la inflación, reducir la cuña fiscal a trabajadores y empresas, un salario mínimo y mantener la Renta de Ciudadanía, un sistema de subsidios creado por el M5S en su etapa en el Ejecutivo y su medida estrella.

Además, criticó parte del contenido de un decreto con ayudas contra el aumento de los precios que se empieza a debatir en la Cámara de los Diputados para su conversión en ley y que, entre otras cosas, reparte bonos de 200 euros a trabajadores y pensionistas con rentas inferiores a los 35.000 euros al año.

Otro de los asuntos que han enfrentado al M5S con la coalición de Gobierno es el denominado «superbonus urbanístico», que permite a quien arregla una casa ceder algunas detracciones fiscales a bancos para disponer inmediatamente el dinero para empezar las obras. El M5S pide la modificación de la medida, incluida en el mencionado decreto, para evitar eventuales fraudes.

Por eso, a la hora de votar la ley, el M5S podría desmarcarse por primera vez del resto de la coalición, apoyada prácticamente por todos los partidos.

Ahora la pelota está en el tejado de Draghi, que deberá decidir si acepta las reclamaciones de sus socios: «Es justo que se tome un poco de tiempo para valorarlas», dijo Conte.

En este sentido avanzó que en su formación reina un «fuerte malestar político» por la acción del Ejecutivo.

Medios locales especulan con que el M5S pueda abandonar la coalición tras varias derrotas electorales y una escisión provocada por su exlíder y ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, que se ha llevado consigo a 60 parlamentarios.

Draghi ha manifestado su deseo de que el M5S siga formando parte de su coalición de unidad nacional.