GARA Euskal Herriko egunkaria
AZKEN PUNTUA

Patxi Larrainzar


Era una lectura imprescindible en “Egin” y, de vez en cuando, releo sus artículos por los que el tiempo solo pasa para confirmarlos y porque me conmueve y sigue siendo un goce su estilo trasgresor e inteligente. Txalaparta publicó a su muerte una antología de sus artículos en “Egin”, “Pega, pero escucha”, de la mano de amigos y cómplices como Jesús Lezaun y Javier Sánchez Erauskin.

Autor de una docena de obras de teatro (varias inéditas) más otras obras en prosa y poemas, este entrañable escritor y ser humano que se tenía por «cura asilvestrado», allá donde anduviera, fuese la Chile de Allende o la parroquia de la Rotxapea de Iruña, dedicó su vida a transformar el más empobrecido infierno de este mundo en la más hermosa y alegre fiesta de la solidaridad porque entendía que algo así debía ser el cielo.

De su testamento recojo dos apuntes: «Cuando yo muera, decid al mundo occidental y cristiano que se detenga de una vez: no por mi muerte, no, sino porque ha tomado un camino encanallado, y está matando a millones de inocentes con su materialismo rampante y sus ideales horteras».

«Cuando yo muera, en fin, y esta es mi última voluntad, no le digáis nada a nadie: sencillamente vivid. Será el mejor homenaje que nos hagáis a los muertos, vivir con pasión la vida fastuosa y apasionante de este pueblo nuestro».

(Preso politikoak aske)