EDITORIALA

Los intervencionistas pierden la vergüenza

En una entrevista a la cadena de televisión CNN, el antiguo asesor de Seguridad Nacional con Donald Trump, John Bolton, afirmó que había ayudado a planear golpes de Estado en otros países. No quiso dar detalles sobre su participación, pero en la respuesta posterior a otra pregunta sí mencionó el intento de derrocar en Venezuela a Nicolás Maduro en 2019. En aquella ocasión el líder de la oposición Juan Guaidó fue reconocido como presidente interino tanto por EEUU como por la Unión Europea.

Bolton no reveló ninguna información nueva. Durante años, la CIA y otras agencias norteamericanas han estado involucradas en todo tipo de intervenciones, incluyendo golpes de Estado, con el objeto de derrocar a gobiernos legítimos y democráticos en todo el mundo, simplemente porque no eran del agrado del Gobierno de EEUU. Algunas de esas intervenciones norteamericanas están, además, ampliamente documentadas. La novedad en la declaración de Bolton es que los intervencionistas norteamericanos ya ni siquiera se preocupan de guardar las formas ni tampoco intentan ocultar sus aviesas intenciones. Organizar golpes de Estado quebranta el derecho internacional, viola la soberanía nacional de los países intervenidos, además de destrozar su democracia, por muy imperfecta que sea. De este modo se da la paradoja de que aquellos que se presentan como defensores de los sistemas democráticos son en realidad uno de sus mayores enemigos. Es posible que sea una demostración de que han perdido ya la vergüenza; o tal vez busquen seguir atemorizando a determinados gobiernos, ahora que su poder e influencia en el mundo declina.

En este contexto, la Unión Europea también debería dar explicaciones por el apoyo entusiasta que ofreció a Juan Guaidó en una intervención que fue, a todas luces, ilegítima. La arrogancia de Bolton debería provocar, como mínimo, un ejercicio de autocrítica en Bruselas. En caso contrario aparecerá ante la comunidad internacional como un apéndice del intervencionismo norteamericano que menosprecia la soberanía nacional y desdeña la democracia.