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EDITORIALA

El reto es trocar un edificio militar en un proyecto civil


El TSJPV ha estimado un recursos contencioso administrativo presentado por Vox contra la decisión de dejar los edificios del cuartel de Loiola sin protección urbanística y por tanto susceptibles de ser derribados y sustituidos por nuevas construcciones. Es evidente que la intención de los recurrentes con su demanda era perpetuar el cuartel militar en su actual ubicación, aunque conviene no olvidar que con el plan del alcalde de Donostia, Eneko Goia, el acuartelamiento simplemente pasaba a la otra orilla del río, cuando en realidad, lo que los habitantes de Donostia quieren es que los militares se vayan de una vez y para siempre.

Goia dejó ayer clara su disposición a pelear en los juzgados para sacar adelante su proyecto inicial. El resto de partidos, además de denunciar la injerencia de la ultraderecha, subrayaron el golpe que suponía la sentencia para el desarrollo de una política de vivienda pública. Sin embargo, la conservación de esos edificios no está necesariamente reñida con la vivienda pública. El patrimonio construido siempre puede ser rehabilitado de modo que pueda tener usos alternativos, incluido el de vivienda pública. Al proteger los edificios del derribo, la sentencia sí entorpece la movilización de las plusvalías latentes en ese suelo. La demolición del patrimonio construido es el método preferido por el planeamiento urbanístico de este país para modificar volúmenes, construir más y así obtener mayores plusvalías. Es más rentable arrasar y construir que rehabilitar. El último ejemplo de esa obsesión por derribar se dio ayer mismo en Zarautz, donde fue derruida la estación del topo, un edificio de finales del s. XIX.

Tal vez sería más inteligente aprovechar la coyuntura creada por la sentencia para plantear la conversión de una construcción militar en edificios civiles. Un proyecto en el que podrían conjugarse viviendas sociales con servicios públicos y comunitarios, movilidad y autosuficiencia energética con proyectos de economía circular… Las posibilidades son enormes, siempre que la imaginación vaya más allá de la extracción de la plusvalía del suelo; y siempre que haya voluntad política para afrontar los retos del mundo actual.