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La elección de Wickremesinghe es la derrota de la protesta en Sri Lanka

La elección del seis veces primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, como presidente del país supone, en principio, la derrota de las protestas ciudadanas que acabaron con la renuncia y huida del mandatario, Gotabaya Rajapaksa, tras varios días escondido. Wickremesinghe contó con el respaldo del SLPP, el partido de Rajapaksa, pero es repudiado por los manifestantes.

El nuevo presidente ceilanés, Ranil Wickremesinghe. (A. SANKAR | AFP)

El seis veces primer ministro Ranil Wickremesinghe, de 73 años, fue elegido ayer por el Parlamento de Sri Lanka como presidente para sustituir a Gotabaya Rajapaksa, quien renunció la semana pasada tras huir de su país en medio de una ola de protestas por la grave crisis política y económica, sin combustible ni gas y con el encarecimiento de los productos básicos. Su elección convirtió en un lamento las consignas de varios cientos de manifestantes concentrados en la Secretaría de la Presidencia en Colombo.

Wickremesinghe obtuvo 134 votos, 82 su principal rival Dullas Alahapperuma -disidente del SLPP- y sólo tres logró el izquierdista Anura Dissanayake. Gobernará hasta el final del mandato presidencial vigente, en noviembre de 2024.

Además de su formación, el UNP, le apoyó el SLPP, el partido del clan Rajapaksa, el más importante del Parlamento, pero la calle no lo quiere al considerarlo un aliado del exmandatario, aunque aseguró nada más ser elegido que «las divisiones terminaron». Los manifestantes pidieron también su dimisión durante las recientes protestas por la crisis económica sin precedentes.

Fue nombrado primer ministro a mediados de mayo, cuando Mahinda Rajapaksa, el hermano de Gotayaba, fue empujado a dimitir, igual que el ministro de Finanzas, otro de los hermanos. Derrotado dos veces en la carrera a la Presidencia, en 1999 y 2005, en la última semana ha ocupado el más alto cargo de forma interina y ahora ha conseguido su objetivo.

Como presidente interino, prolongó el estado de emergencia y envió soldados a expulsar a los manifestantes que ocupaban edificios públicos. Los analistas creen que reprimirá duramente si vuelven a la calle los manifestantes, que han exigido su renuncia al acusarlo de proteger los intereses de Rajapaksa.