Después de tres días en los Países Bajos, la Vuelta saltó ayer a Gasteiz para afrontar una semana con alicientes que perfilarán una clasificación general que, de momento, dirige de facto el esloveno Primoz Roglic gracias a la crono inicial por equipos que abrió la ronda el pasado viernes, en Utrecht.

Ese día ya se abrieron las primeras diferencias significativas entre Roglic y sus rivales directos. Fue el inicio de un festival para el Jumbo y los corredores neerlandeses, quienes se dieron un baño de masas con el triunfo contrarreloj y más tarde con los maillots rojos en las espaldas de Gesink, Teunissen y Affini, actual líder. A la fiesta se unió el irlandés del Bora Sam Bennett, con un doblete en Utrecht y Breda.

La fiesta en el país de las bicicletas pasó a la historia con más espectáculo en las cunetas que en la carretera, pero el salto a Euskal Herria servirá para dar el pistoletazo de salida a otra Vuelta diferente. Primoz Roglic, recuperado de la lesión vertebral que se produjo en el Tour, reiniciará la carrera hoy en la “pole”. Tercero en la general, el esloveno es el verdadero líder y favorito para lograr su cuarto entorchado. En la crono actuó por todo lo alto y su estado de forma ira “in crescendo”.

El rey de la Vuelta posee el bastón de mando ante una semana que ilusiona con la montaña de Cantabria y Asturias, así como la crono individual de Alicante, sin olvidar la jornada de este martes entre Gasteiz y Laguardia. Será un primer filtro para los auténticos aspirantes al trono de Madrid, donde llegará la carrera el próximo 11 de setiembre.

Las diferencias no son abismales, pero en algunos casos sí son significativas. Roglic tiene a Carapaz y Carlos Rodríguez (Ineos) a 13 segundos, un segundo después a Evenepoel, ya en más de medio minuto a Simon Yates, Almeida y Ayuso. Y pasados los 40 segundos al ganador del Giro Hindley, Landa, Juanpe López, Mas, Valverde y Miguel Ángel López.

INCÓGNITAS E ILUSIONES

Las incógnitas se mantienen después del periplo neerlandés; también las ilusiones. La Vuelta que empieza enseguida pondrá a cada uno en su sitio. La forma de Roglic y la respuesta de Carapaz después de anunciar su salida del Ineos pueden ser las claves del enfrentamiento más esperado.

Mikel Landa (Bahrain) no está tan débil como lo pintó el propio ciclista alavés el pasado jueves. En la última etapa de los Países Bajos entró en meta con el grupo principal y en la clasificación general está a 42 segundos del líder, Edoardo Affini (Jumbo). Además, los corredores de Euskaltel Euskadi están con ganas de estar en las fugas, más en las etapas que discurren en Euskal Herria, tal y como afirmó en GARA Xabier Mikel Azparren.

Tras la contrarreloj por equipos, Xabier Mikel Azparren y Luis Ángel Maté fueron cabeza de carrera en la segunda etapa y Mikel Iturria estuvo 175 kilómetros en fuga en la tercera; en total, el equipo suma ya 312 kilómetros.

Jorge Azanza, responsable deportivo del Euskaltel-Euskadi hace un balance positivo de las tres etapas disputadas en Países Bajos «porque teníamos la idea clara estar presentes desde el primer día y lo hemos conseguido y porque no hemos tenido caídas».

«El equipo está en buena línea y con muchas ganas de empezar esta semana. Más ganas que nosotros no puede tener nadie», remarcó. «Conocemos los recorridos y sabemos que nuestra carrera va por la fuga. Ojalá alguna pueda tener una opción y podamos meter a algún corredor para disputarla. Correr en casa con la afición, en nuestras carreteras, es lo más grande para nosotros; vamos a notar ese empuje seguro, y esperemos que las cosas salgan bien», subrayó.

ESPECTÁCULO

Después del primer día de descanso, la actividad se retoma hoy con recorrido atractivo entre Gasteiz y Laguardia, con los altos de Opakua (2ª) y Herrera (3ª) un final en cuesta.

La jornada del miércoles promete espectáculo con una segunda parte rompepiernas que presenta 3 ascensos al Alto del Vivero antes de llegar a Bilbo en plena Aste Nagusia.

La sexta etapa discurrirá entre Bilbo y Pico Jano, y la montaña cántabra pondrá a prueba a los hombres de la general. La séptima entre Camargo y Cistierna aportará respeto con la escalada al interminable San Glorio.