Brasil celebró el domingo el primer debate televisado entre los candidatos a las elecciones presidenciales del 2 de octubre, que estuvo marcado en gran medida por la corrupción y en el que los dos favoritos y figuras centrales de la historia reciente del país, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, protagonizaron los enfrentamientos más tensos.

«Su Gobierno fue el más corrupto de la historia de Brasil», lanzó contra Lula el presidente ultraderechista, que lo llamó «ladrón», en referencia a la trama de corrupción en Petrobras, y «expresidiario». Recordó así los casi dos años que Lula pasó en prisión por dos condenas de corrupción, anuladas en 2021 por irregularidades.

Lula afirmó estar «mucho más limpio» que Bolsonaro porque fue «juzgado y declarado inocente por el Supremo y por la ONU» y aseguró que «solo fue preso» por motivos políticos, para que Bolsonaro pudiera ganar las elecciones.

Otros candidatos -participaron seis- también recordaron la corrupción del Partido de los Trabajadores, pero señalaron presuntas irregularidades en la actualidad, en concreto, un intento de desvío de dinero público en la compra de vacunas contra el covid-19.

El combate al hambre, que afecta a 33 millones de personas en Brasil, causó otro áspero intercambio entre ambos, a cuenta de los programas de distribución de renta. Bolsonaro prometió mantener los subsidios que su Gobierno comenzó a entregar a los pobres este mes, en plena campaña electoral, y Lula le acusó de «mentir» porque las ayudas no figuran en los presupuestos generales para el año 2023.

El debate dio un giro cuando Bolsonaro atacó, exabruptos machistas incluidos, a la periodista Vera Magalhães, por una pregunta que esta formuló a otro candidato sobre las vacunas contra el covid-19.

Primero y ¿último?

Es probable que este primer debate electoral sea también el último. Bolsonaro ha decidido no participar en ninguno más, al menos durante la primera vuelta, y reevaluar su presencia en los medios después de que el cara a cara del domingo no transcurriera como tenía previsto, al resultar el peor valorado entre los indecisos.