Imanol INTZIARTE
Interview
EKI FANLO
Árbitro de rugby

«Voy al Mundial de Sudáfrica a aprender, no dejo de ser un amateur de esto»

El irundarra Eki Fanlo es uno de las dieciocho personas elegidas por World Rugby para dirigir partidos en el Mundial de Seven, que se disputa este fin de semana en Sudáfrica tanto en categoría masculina como femenina.

(GARA)

Eki Fanlo atendió la llamada de GARA hace unos días, justo antes de ir a entrenar. Este iruindarra de 29 años se estaba preparando para pitar en el Mundial de Rugby a VII, que arranca mañana y que se disputará hasta el domingo en el Green Point Stadium de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Tres intensas jornadas de partidos de 14 minutos a cara o cruz.

¿Hay que entrenar mucho para ser árbitro?

Casi como un jugador. He estado haciendo cuatro sesiones dobles cada semana y la verdad es que está siendo un poco cañero.

No se harán tantas pesas…

Me están metiendo más gimnasio que campo. Dice la preparadora que hay que trabajar todo el cuerpo para ganar velocidad y fuerza.

¿Cómo empezó en el rugby?

Empecé allá por 2003 en el Rugby Club Irun, ahora conocido como Txingudi. Pasé por categoría benjamín, alevín, infantil, cadete, juvenil y jugué un año con los senior, pero empecé en la universidad, ya arbitraba en competición nacional y ahí decidí seguir solo con el arbitraje.

Empecé a pitar a los 15 años, en la transición de infantil a cadete, lo compaginé hasta cumplir 18 años, y ahí ya aprobé el examen de árbitro nacional, era incompatible hacer todo, porque no tenemos 36 horas al día, y me decidí por el arbitraje.He leído que jugaba de tercera línea… Empecé de pillier, que he llegado a pesar 104 kilos, pasé de segunda, tercera y hasta medio de melé. Incluso con los senior de ala. De lo que hiciera falta, tapando agujeros.

Nadie diría lo de pillier viendo fotos actuales.

(Risas) Ahora estoy entre 65 y 67 kilos.

¿Cuál ha sido su trayectoria arbitral?

Empecé con chavales en liga guipuzcoana. Después en Liga Vasca, ya con seniors, y con 18 salté a Primera Nacional. Al año siguiente División de Honor B, donde estuve 2-3 años, y llevo ya 7-8 años en División de Honor.

¿Y cómo así le dio por pitar?

Hubo un árbitro en Irun, Iñaki Campos, que ya no ejerce, que me animó a probar. Me gustó, era otra faceta que también te involucraba en el deporte. Y poco a poco fui subiendo.

Visto desde fuera, e incluso como jugador, parece un deporte complejo de arbitrar.

Lo tenemos todo bastante automatizado, y hay un trabajo previo. Cuanto más alto es el nivel más preparación del partido te exige. Al final te vas acostumbrando, ya conoces la mecánica de un placaje, las prioridades que tiene que haber, lo que no, quién tiene que liberar, y al final se automatiza todo. La dificultad es que a mayor nivel todo es más rápido y más conocimiento del juego y del reglamento tienen, y entonces hay que afinar más.

Me contaba que lleva ya unos cuantos años pitando rugby a XV en División de Honor, pero de repente da el salto también al Seven…

En 2021, un poco de rebote, fui designado para las Madrid Seven Series, uno de los dos torneos preolímpicos que se organizaron para preparar los Juegos. Vinieron las selecciones de Argentina, Estados Unidos, Kenia… Fueron dos fines de semana. Me vieron ojeadores internacionales, y después tuve varias oportunidades en torneos europeos, a finales del año pasado.

Casualidades de la vida, este año ha habido dos citas de las Series Mundiales de Seven en Málaga y Sevilla, andaban justos de árbitros y como creo que ya me tenían un poco fichado me pusieron a prueba. Iba a Málaga de linier, pero dos horas antes del partido me dijeron: ‘Eki enhorabuena, te vamos a dar un partido. Sabemos que los vas a hacer bien, disfruta’. Partido debut con prórroga y punto de oro, como para olvidarlo.

Luego ya me dieron otro partido el domingo, y en Sevilla hice seis. Posteriormente me designaron oficialmente para las Series de Canadá y Francia. En Canadá arbitré la final, entre Australia y Nueva Zelanda.

Todo en categoría femenina…

Hice un partido de chicos en Málaga, pero la vacante que quedó libre era en chicas y yo la ocupé. Y ahora me han designado para el Mundial.

Habiendo llegado hasta aquí, el próximo objetivo será los Juegos Olímpicos de París…

Siempre digo que hay que ir partido a partido y sin perder la perspectiva. Lo que tenga que venir vendrá, tampoco soy ciego, y llegados a este punto veo que si aprieto un poco más… Pero no hay que pensar en dos años vista, porque pueden pasar muchas cosas.

¿En XV es más complicado llegar a internacional?

Los que están en Seis Naciones y este tipo de eventos son 100% profesionales, que igual tienes que estar un mes en Nueva Zelanda para una serie de Test Matchs. Pero para un Seis Naciones B, por ejemplo, no es tan difícil. Iñigo Atorrasagasti -otro árbitro guipuzcoano- ha tenido oportunidades y yo voy a su rueda, como se dice en ciclismo.

¿Cómo es la salud del arbitraje en rugby? En los deportes minoritarios puede ser más complicado encontrar gente.

Los clubes ya tienen problemas para encontrar jugadores, así que imagínate nosotros. Hacemos mucho trabajo de cantera, en Gipuzkoa club a club, y los chavales se animan para cubrir plazas los fines de semana.

El rugby es un deporte en el que la figura del árbitro es más respetada que en otros.

La palabra clave es que el ambiente no es tan hostil. Hay presión, hay protestas, los jugadores se pueden enfadar, pero no van a protestar como en fútbol o en baloncesto.

Los árbitros forman una comunidad particular.

Tenemos nuestra comunidad, nuestras cenas en la sociedad, nuestros entrenos… Somos como un equipo, trabajamos juntos, tanto linieres como árbitros. En Sudáfrica nos vamos a juntar 18 y entrenamos como un equipo. Voy además a aprender, hay gente que es profesional y yo no dejo de ser un amateur de esto.