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BALONMANO

Bidasoa-Irun le enseña los dientes a Kolstad y suma tres goles de colchón

Iñaki Cavero y Jon Azkue han sumado 10 goles cada uno, pero la victoria irundarra ha estado basada sobre todo en la intensidad defensiva. Los de Jacobo Cuétara han dejado escapar una renta de seis goles, pero se han asegurado el triunfo.

Con diez goles, Jon Azkue fue junto con Cavero el máximo anotador de Bidasoa-Irun. (Jon URBE | FOKU)

La eliminatoria frente al Kolstad se tendrá que decidir el martes que viene en tierras noruegas, pero pase lo que pase, no será porque Bidasoa-Irun no le enseñó los dientes a su rival. Cavero y Jon Azkue anotaron diez goles cada uno, pero destacó ante todo la intensidad de los dos equipos atrás, con los de Jacobo Cuétara mirándole a la cara a su rival excepto en los diez primeros minutos del duelo.

No pudo empezar peor el partido para el cuadro irundarra, con el Kolstad tomando la iniciativa desde el primer segundo y con el dúo Smarason-Langeland marcando la voz cantante del conjunto noruego, muy cómodo en Artaleku. Mientras, Bidasoa-Irun se veía con un 3-6 adverso y un muy enojado Jacobo Cuétara debía parar el partido antes de cumplirse el segundo parcial.

La bronca del técnico bidasotarra fue mano de santo, así como los cambios en defensa, mientras que el ataque era cosa de Iñaki Cavero, el primero en encontrarle las cosquillas al internacional Bergerud pero por fortuna no el único. Y así, como quien no quiere la cosa, el conjunto irundarra lograba un parcial de 4-1 para empatar a siete goles al final de los 15 primeros minutos, preludio de la voltereta, con otro tanto de Cavero desde los siete metros, establecía para Bidasoa-Irun hacia el minuto 20 el 11-10.

La dureza fue aumentando en el envite, pero las colegiadas alemanas Merz y Kuttler no abusaron de las exclusiones. Con todo, en su primera defensa en superioridad, con la portería rival vacía, Azkue cortaba una línea de pase para poder anotar después a placer, alcanzando los vestuarios con un 16-13 en el marcador de un Artaleku en ebullición.

GANAR DOS VECES

Kolstad decidió jugársela sin portero, empleando un doble pivote continuo con la entrada del voluminoso jugador danés Kaergaard. Pero el remedio no le resultó al conjunto noruego. Con el octavo gol de Cavero tras un precioso pase de continuidad de Julen Aginagalde, Bidasoa-Irun establecía el 21-15 y obligaba al técnico visitante a pedir tiempo muerto.

Todo cambió ahí. Kolstad se valió de varias superioridades para volver al partido, al punto de empatar el marcador. Ese fue el momento de Jon Azkue, que sacó toda su clase en los minutos finales para establecer el 30-27 definitivo.