La UE e Israel celebraron ayer por primera vez en una década una cumbre bilateral. En 2013, Israel dejó de acudir a estos encuentros por una directiva europea que excluía de los acuerdos a las colonias ilegales, cuya expansión continúa, pero los nuevos tiempos marcados por la crisis energética y la guerra de Ucrania han hecho que la UE e Israel vuelvan a encontrarse. La Comisión Europea firmó este año con Israel un pacto para exportar gas israelí a Europa vía Egipto, como modo para reducir la dependencia energética de Rusia.

Amnistía Internacional envió una carta al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y a los ministros de Exteriores subrayando su preocupación por la conculcación de los derechos humanos por parte de Israel. Rula Jamal, directora de supervisión y documentación de Al-Haq, una de las organizaciones palestinas declaradas como «terroristas», subrayó que «lo que está ocurriendo en Palestina no es nuevo. Lo que es nuevo es la determinación de Europa, feliz y orgullosa, de forjar una relación con Israel pese a la continua violación de derechos humanos».

Unos 110 palestinos han muerto solo en Cisjordania en lo que va de año, cifra récord desde 2015, más los 49 gazatíes, incluidos 17 niños, que murieron en Gaza en agosto.