Cuando la cifra de palestinos muertos este año por disparos de las fuerzas israelíes ha alcanzado ya los 114, el coordinador de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, declaró estar «alarmado» por «el aumento de los enfrentamientos armados entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en Cisjordania», lo que alimenta más «miedo, odio e ira».

«Es crucial reducir las tensiones de inmediato para abrir espacio a iniciativas cruciales encaminadas a un horizonte político viable», añadió.

El Ejército israelí intensificó hace siete meses las redadas y operaciones militares como respuesta a una ola de cinco ataques entre marzo y abril en suelo israelí en los que murieron 18 personas.

En estas operaciones han muerto ya 114 palestinos y, aunque Wennesland se refirió a «enfrentamientos», muchos de ellos son civiles desarmados como la periodista Shireen Abu Akleh y menores. Casi a diario se informa de víctimas mortales como consecuencia de los disparos israelíes

Según el recuento del Ministerio de Sanidad palestino, se trata de la cifra más alta en la zona desde 2015, cuando en todo el año murieron 147 palestinos y 26 israelíes

La alarma de la ONU llega después de que este fin de semana hayan muerto cuatro adolescentes palestinos de entre 14 y 18 años por disparos israelíes en diversas redadas en Cisjordania

Las agresiones son en otras ocasiones llevadas a cabo por colonos judíos que ocupan el territorio palestino.

Además, unos 2.000 palestinos han sido detenidos desde principios de año como «sospechosos de terrorismo».

Vídeos difundidos en redes sociales han denunciado en las últimas semanas la violencia de los arrestos o la acción de los soldados que impiden atender a los heridos y agreden a quienes los socorren.

A la vez, se han multiplicado los ataques palestinos contra objetivos militares o colonos en las últimas semanas.

La respuesta de los jóvenes palestinos no responde solo a la ocupación israelí, sino también a la corrupción e inacción de la ANP, vista como colaboradora del apartheid, y a la falta de expectativas para una salida política al conflicto.

Caza al hombre

La muerte ayer de una soldado israelí en un ataque a un control militar el campo de refugiados de Shuafat, en Jerusalén este, aumentó la intensidad de las operaciones militares. Los disparos efectuados desde un vehículo contra el puesto de control a la entrada del campo hirieron además de gravedad a un guarda de seguridad.

Como respuesta, Israel lanzó una «caza al hombre» para capturar a un joven de 22 años al que considera sospechoso.

Las fuerzas israelíes detuvieron a cuatro personas acusadas de estar implicadas, cerraron el acceso al campo y el propio jefe del Ejército, Aviv Kohav, se desplazó a la zona para alentar a sus tropas en la operación.

Incluso la Cruz Roja denunció que los soldados les impidieron acceder al sector, aumentando el riesgo para las vidas palestinas.