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Viral


En marzo de este año, algunas agencias inmobiliarias aparecieron cubiertas con el mensaje en euskara, «hoy pintadas, mañana bombas», en una imagen más propia de finales de los setenta cuando la lucha contra especulación sobre la tierra era armada. IK decidió abandonar esta vía, pero medio siglo después los problemas no solo persisten, sino que se han agudizado. La artificialización especulativa de Ipar Euskal Herria, ya evidente en el litoral, avanza imparable hacia el interior. Hace unas semanas denunciaron en Senpere que una casa comprada por 750 mil euros se puso a la venta quince días después por medio millón de euros más. La decisión de la Comunidad de Aglomeración de gravar los pisos de alquiler turísticos no resuelve el problema, porque aquí lo realmente problemático es el desenfreno de las residencias secundarias en el que el lujo de unos y la plusvalía de otros significa la minusvalía del resto. Pensando en los jóvenes que ya ni sueñan en vivir en sus propios pueblos, un vecino de Senpere resumió: «Temo que se dé una respuesta a la altura de la violencia de la situación». Porque, en efecto, se dice poco: la situación es tan violenta que va a reventar. Un buitre se posó hace poco sobre un alero de Pausu. Debajo, un balcón con el cartel de «Se vende». La imagen se hizo casi tan viral como la propia especulación.