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Xi defiende su gestión ante el PCCh, que aplaude la «reunificación» con Taiwán

El presidente de China, Xi Jinping, ezbozó la estrategia para modernizar la economía del país apelando también a la unidad en torno a su liderazgo durante la apertura de XX Congreso del PCCh, ante el que defendió su gestión y que le ovacionó cuando aseguró que la «reunificación» con Taiwán se logrará y reiteró que no renunciará al uso de la fuerza.

El presidente de China, Xi Jinping, durante su discurso de apertura del XX Congreso del PCCh. (Noel CELIS | AFP)

Xi Jinping pidió «unidad» y defendió su política de lucha contra el covid-19 y la corrupción, en la inauguración XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), en el que recibirá un histórico tercer mandato en el poder. Durante su discurso de apertura, entre apelaciones a la unidad y ovaciones a la «reunificación» con Taiwán, puso el acento en modernizar la economía y acelerar la creación de «un nuevo patrón de desarrollo» con el que construir «un país socialista moderno en todos los aspectos».

Señaló que deben aplicar «plena y fielmente la nueva filosofía de desarrollo» para promover una apertura de alto nivel y fomentar un patrón de desarrollo centrado en la economía nacional, con «interacción positiva» de flujos internacionales.

Si todo va como está previsto, el dirigente de 69 años debe ser ratificado en una semana como secretario general del PCCh, preludio de su reelección el próximo año como presidente de China, y consolidarse como el líder más poderoso desde Mao Zedong.

El congreso llega «en un momento crítico en el que todo el partido y la población de todos los grupos étnicos se embarcan en un nuevo viaje para construir un país socialista modernizado», sostuvo Xi ante los casi 2.300 delegados.

Política de «cero covid»

Ovacionado a su llegada, durante su discurso alabó su gestión de la pandemia, con una restrictiva y polémica política de «cero covid» todavía vigente pese a su impacto económico. Y aseguró que no habrá cambios al insistir en «poner al pueblo y sus vidas por encima de todo».

El cuasi aislamiento que China se impone respecto al resto del mundo y los repetidos confinamientos, ahogaron el crecimiento de su economía, que este año puede ser el más débil en cuatro décadas a excepción de 2020. Y la fatiga empieza a hacer mella en algunos sectores.

Hong Kong y Taiwán

También defendió su manejo de dos cuestiones muy delicadas: «los desarrollos turbulentos» y la represión en Hong Kong, y las tensiones por Taiwán, cuya soberanía reclama China.

Xi denunció la interferencia de «fuerzas externas» en la isla y advirtió de que China «jamás renunciará al uso de la fuerza» para «reunificarla».

«Intentaremos buscar la perspectiva de una reunificación pacífica con la mayor sinceridad y los mayores esfuerzos, pero no nos compromete- remos jamás a abandonar el recurso de la fuerza», subrayó, levantando la mayor ovación cuando dijo que «la reunificación se conseguirá».

Bajo los aplausos, Xi enfatizó que «la influencia internacional de China, su atractivo y su capacidad para moldear el mundo han aumentado significativamente».

«La unión hace la fuerza, y la victoria requiere de unidad», apostilló antes de asegurar que China, como potencia, «nunca buscará la hegemonía» ni el «expansionismo» y reiterar su oposición «a la mentalidad de Guerra Fría». No hizo ninguna mención a las tensiones con Estados Unidos ni a la guerra en Ucrania.

Lucha anticorrupción

En su discurso, Xi alabó también su campaña anticorrupción, considerada por algunos críticos como una herramienta para eliminar a sus rivales internos y consolidar su poder.

«La lucha contra la corrupción consiguió una victoria aplastante y se consolidó de manera exhaustiva, eliminando graves peligro latentes en el seno del partido, del Estado y del Ejército», dijo.

Según cifras oficiales, desde 2012 han sido sancionadas al menos 1,5 millones de personas.