El efecto Streisand se define como el fenómeno que se produce cuando el que pretende silenciar un contenido a través de la censura alcanza un resultado opuesto. Fue lo que le pasó a EiTB ayer: eliminó de su página web un vídeo donde Maddalen Arzallus canta unos bertsos sobre Ion Kepa Parot en su colaboración semanal en el magazine “Faktoria” de Euskadi Irratia. Parot salió el pasado jueves de la cárcel de Muret tras 32 años de prisión. Varias personas criticaron la censura de EiTB en las redes sociales y, finalmente, el vídeo se viralizó y se multiplicaron asimismo las críticas al ente público de comunicación.

Maddalen Arzallus repasaba en su bertso la condena de Parot integrándola en la línea temporal de su propia vida. Así, recordaba que cuando nació comenzó la condena de Parot, y cuando ella «gateaba» y cumplió un año, Parot hizo un año preso. Cuando acabó su «infancia», «Ion cumplió en la cárcel la primera década», cantaba. Arzallus seguía relatando que ella pasó de la ikastola de Hendaia a la Universidad en Gasteiz, se fue «lejos», a San Petesburgo y, en ese momento, se cumplieron veinte años desde que apresaron, en 1990, a Ion Kepa Parot.

«¿Qué son 32? ¿Una vida, dos vidas? Al final se le ha quitado el pestillo a la puerta», cantaba Arzallus ayudada de una guitarra.

EH Bildu pedirá explicaciones

Como de costumbre, EiTB colgó el vídeo de la colaboración de Maddalen Arzallus en la web, pero en este caso desapareció en unas horas. Así fue advertido por varios usuarios y usuarias en las redes sociales.

Además, Twitter restringió temporalmente la cuenta de “Faktoria”, lo que indica que pudo haber recibido un gran número de denuncias. Probablemente hubo una gran presión contra el vídeo.

Unai Urruzuno, portavoz de la Mesa Política de EH Bildu, señaló que «por mandato de un miembro de la dirección de EitbNet» eliminaron este contenido sobre el expreso Ion Kepa Parot. También adelantó que la coalición abertzale pedirá explicaciones en la reunión del consejo de administración de EiTB que se celebrará el día 25.

En cualquier caso, el intento de censurar el bertso de Maddalen Arzallus tuvo una respuesta inmediata en las redes, pero probablemente no en el sentido que esperaban los que decidieron eliminarlo. Porque su expansión se multiplicó.