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SEGUNDA

El Eibar se dejó las buenas sensaciones en Ibiza y los puntos en Gijón

Un gol de Pedro Díaz a la media hora dio la victoria al Sporting, que tuvo ocasiones suficientes para sentenciar en la segunda parte y al final lo hizo.

Imanol intenta marcharse de Otero. (S.D. EIBAR)

El Eibar vuelve a las andadas. Todo lo bueno que mostró el jueves en Ibiza se quedó allí. Los puntos, por el contrario, no se movieron del Molinón, donde los azulgranas tuvieron algún momento de lucidez, sobre todo mediado el segundo tiempo, cuando agradecieron la entrada de los hombres de refresco y el desacierto de los atacantes locales les mantenía todavía vivos. Pero las mejores ocasiones fueron para al Sporting, que tras el descanso desperdició unas cuantas pero acertó las suficientes para celebrar un triunfo que le permite atrapar en la clasificación al propio Eibar, ambos ahora a cuatro puntos del ascenso directo.

Solo habían pasado cuatro días del partido de Can Mises y, contra todo pronóstico, el Eibar repitió once. Quizá la falta de frescura le costó comenzar dominado, sin excesos, por un rival que sí había redibujado la alineación y llegaba, además, con ganas de redimirse ante su afición tras la manita que se llevó en Granada. Zarfino, de infausto recuerdo para los armeros -suyo fue el gol del «alcorconazo»-, avisó nada más empezar y aunque poco más peligro generaron los asturianos ante un Eibar que, con el transcurso de los minutos se fue haciendo con el balón, sí lucían esa chispita extra que se echaba en falta en las filas visitantes. La que permitió, por ejemplo, a Pedro Díaz cazar un rechace ante la pasividad de Stoichkov, despistar a Imanol y cruzar el 1-0.

Trató de responder el Eibar pero apenas logró botar tres córners consecutivos.

La segunda parte empezó peor, con los rojiblancos perdonando dos ocasiones clarísimas ante un Eibar perdido. Garitano introdujo un triple cambio en el 55 y su equipo lo agradeció. El Sporting metía miedo a la contra pero también, con más empuje que claridad, lo hacía el equipo guipuzcoano, más fresco ahora. Corpas, que en Ibiza también había salido desde el banquillo, probó en un par de ocasiones y Bautista tuvo la más clara con un cabezazo que se marchó fuera.

Se le acababan el tiempo y las fuerzas al Eibar pero no a su anfitrión, que sentenció el encuentro a cuatro minutos del final con una magnífica acción personal de Cristo.