GARA
LONDRES

La dimisión de la titular de Interior ahonda la crisis que acosa a una desafiante Truss

Una desafiante Liz Truss aseguró ayer que no dimitirá pese a las presiones desde dentro y fuera del partido horas antes de sufrir un nuevo revés con la renuncia de su titular de Interior por un «error» al compartir información confidencial desde su teléfono personal. Un 55% de los miembros de su partido quiere que dimita, según un sondeo.

Liz Truss se mostró desafiante y agresiva en la Cámara de los Comunes.
Liz Truss se mostró desafiante y agresiva en la Cámara de los Comunes. (Jessica TAYLOR | AFP)

Horas después de su comparecencia ayer en la Cámara de los Comunes, la primera ministra británica, Liz Truss, sufrió un nuevo golpe contra su autoridad con la dimisión presentada por su ministra de Interior, Suella Braverman, por haber cometido, dijo, el «error» de compartir información confidencial a través de su teléfono personal.

Antes, Truss se había mostrado desafiante ante los diputados y había asegurado que es «una luchadora y no una desertora», y afirmó que no dimitirá, a pesar de haber tenido que liquidar su plan fiscal y de haber perdido autoridad en su partido y en su Gobierno. Braverman, considerada del ala dura del Partido Conservador en el poder, alegó una «infracción técnica» por la que aceptaba su «responsabilidad».

Pero en su carta de renuncia también aseguró que le preocupaban «seriamente» las políticas del Gobierno. «Fingir que no hemos cometido errores, actuar como si nadie pudiera ver que los hemos cometido y esperar que las cosas salgan bien por arte de magia no es una política seria», escribió.

Fue sustituida por Grant Shapps, uno de los cabecillas de la revuelta interna tory contra el recorte de impuestos que Truss se vio forzada a retirar. Es el segundo Ministerio clave que cae en manos de los rivales internos de Truss en cinco días, después de que Jeremy Hunt, que respaldó junto a Shapps al exministro Rishi Sunak en las primarias, asumiera Economía el viernes.

Medios británicos aseguraron ayer que fue Hunt quien dio la orden de despedir a Braverman, lo que ha avivado la percepción de que el titular de Economía ha acaparado gran parte del poder en el Ejecutivo, en detrimento de Truss.

Antes, en la Cámara de los Comunes, Truss cargó, con voz y gestos agresivos, contra la oposición que lidera el laborista Keir Starmer. Pero también fue ridiculizada por todos sus cambios de opinión.

Más tarde, una votación sobre la hidrofractura hidráulicaa, que el Gobierno ganó, evidenció la crisis conservadora con escenas caóticas en los pasillos y acusaciones de coacciones para evitar una rebelión entre los tories

Incierto futuro

El futuro de Truss, mes y medio después de ser nombrada líder del Partido Conservador y primera ministra, pende de un hilo. Un sondeo de YouGov muestra que el 55% de los miembros de su formación quiere su renuncia y aBoris Johnson como favorito para sustituirla.

Tras el duelo por la muerte de Isabel II, la premier anunció un paquete de medidas fiscales que tuvo un impacto inmediato: el desplome de la libra y la intervención del Banco de Inglaterra. Truss y su ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, tuvieron que echar atrás el plan y pocos días después Kwarteng dimitió.

Según el sondeo, solo dos de cada cinco miembros del partido (38%) quieren Truss que permanezca en el cargo. Cifra similar a la que recibió Johnson de la militancia la víspera de su marcha, cuando el 59% quería que se fuera y solo el 36% quería que siguiera.

De hecho, casi cuatro de cada diez (39%) tories que votaron por Truss en las primarias ahora piden su dimisión. El 57% de los que la apoyaron, mantienen su respaldo.

Truss quiere ser candidata a las elecciones, aún sin fecha. Si renuncia, el 32% querría que Johnson regresara para reemplazarla. El 23% opta por Sunak y el 10%, por el ministro de Defensa, Ben Wallace.