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MOSCÚ-KIEV

La sospecha de una «bomba sucia» alienta el temor a la escalada nuclear

Las insistencia de Rusia en advertir sobre un posible uso de una «bomba sucia», que incluye componentes de material radiactivo, por parte de Ucrania, que lo niega, y las acusaciones de Kiev contra Moscú alimentaron ayer el temor a una escalada nuclear en el conflicto.

Militares ucranianos revisan sus municiones en una posición en la línea del frente en la región de Donetsk.
Militares ucranianos revisan sus municiones en una posición en la línea del frente en la región de Donetsk. (Dimitar DILKOFF | AFP)

Rusia insistió ayer en que Ucrania ha entrado «en la fase final» para la fabricación de su «bomba sucia», que contiene explosivos comunes, pero también perdigones o polvo radiactivo, una advertencia que Moscú lanza desde el domingo y que rechazan con firmeza los aliados occidentales de Kiev, que aseguró que Moscú fomenta esa amenaza para justificar una escalada en el conflicto. Las advertencias de Rusia alimentaron ayer el temor a una escalada nuclear.

«Dos organizaciones ucranianas tienen instrucciones específicas para crear la denominada ‘bomba sucia’. Su trabajo entró en la fase final», declaró el teniente general Igor Kirillov a cargo en el Ejército ruso de las radiaciones, productos químicos y biológicos. «El objetivo de esta provocación -afirmó- es acusar a Rusia de utilizar armas de destrucción masiva en Ucrania y lanzar así una potente campaña antirrusa en el mundo». Acusó a Kiev de buscar «intimidar a la población local y aumentar el flujo de refugiados en toda Europa».

Kiev dijo temer que Moscú esté ya buscando excusas para subir un peldaño más, habida cuenta de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha insinuado en más de una ocasión la amenaza de un ataque nuclear. Pero Rusia asevera que su denuncia es totalmente real y llevará la cuestión ante la ONU.

París, Londres y Washington criticaron en una nota conjunta las acusaciones de Moscú por «falsas», mientras el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, las tildaba de «absurdas» y «peligrosas», y pedía una respuesta «lo más dura posible» de sus aliados.

Ucranianos y occidentales sospechan de que Rusia podría estar preparándose para detonar ella misma una «bomba sucia» y acusar a Ucrania, para justificar una escalada militar con un arma nuclear táctica como represalia.

Presión a Israel

Ante la insistencia de Israel de que no enviará armas a Ucrania, que reclamó la entrega «inmediata» de sistemas de defensa aérea, Zelensky seguía presionando a Tel Aviv y apuntando a Irán. Aseguró que las Fuerzas Armadas de Rusia han comprado a Teherán otros 2.000 drones kamikaze, y advirtió de que Rusia ayudará a Irán con su programa nuclear como compensación por el suministro de esos drones y por la instrucción militar que un grupo de «asesores» iraníes proporciona a las tropas rusas.

La negativa de Israel se debe a la necesidad de no comprometer la alianza geoestratégica con Rusia en la guerra en Siria, en virtud de la cual Moscú permite a Israel bombardear objetivos militares proiraníes en suelo sirio.

Aunque Israel se ha posicionado junto con las potencias occidentales, condenado la invasión rusa y apoyado la integridad y soberanía territorial; su Gobierno ha evitado imponer sanciones a Rusia o implicarse en el conflicto con el envío de armamento.