Amaia U. LASAGABASTER
SEGUNDA

Un penalti en el descuento recompensa al Eibar y le permite coger carrerilla

Los azulgranas enlazan dos victorias por primera vez este curso. Quique sentenció de penalti media hora después de que Stoichkov fallara otro.

Quique y Correa se abrazan tras el gol del vallisoletano.
Quique y Correa se abrazan tras el gol del vallisoletano. (LALIGA | A)

Casi tres meses de competición había consumido el Eibar sin poder enlazar dos victorias y justo lo logra cuando más complicado parecía tenerlo, con tres partidos en una semana y la enfermería a rebosar.

La segunda llegó en el último minuto y de penalti, que también vale y además no desmerece a lo sucedido en Ipurua, donde el Lugo lo hizo bien pero el Eibar lo hizo mejor. Todo menos la finalización que, bien por su propia impericia, bien porque el rival sacó músculo en el área, bien porque Óscar se lució, se postuló a argumento estrella de todos los titulares sobre el tercer tropiezo consecutivo de los eibarreses en su campo. Pero Quique, que ya marcó el gol del triunfo en La Rosaleda, aprovechó un penalti en el descuento, después de que Stoichkov hubiera fallado otro media hora antes, para reescribir el guión y acercar a su equipo al ascenso directo, ahora a dos puntos.

Dejó claro el Eibar -con cinco hombres de refresco en el once, incluyendo a Matheus y Berrocal que volvían a la convocatoria, y defensa de cuatro- que ése era su único objetivo desde el pitido inicial. Y el susto, sustazo, que le propinaron Chris Ramos y Cuéllar nada más empezar, no le hizo cambiar de opinión. A veces con más problemas porque el Lugo se replegaba bien, a veces con más precipitación porque veía que el tiempo pasaba sin que el marcador se moviera, a veces asumiendo riesgos que su rival intentó aprovechar, pero casi siempre con paciencia, el equipo armero no dejó de buscar la portería de Óscar.

La encontró en el 28, en una muy bonita acción coral. Una pena que Imanol y Leschuk, asistente y rematador, estuvieran en fuera de juego y que el árbitro lo viera.

También se fue al garete un segundo intento que parecía igualmente ganador, ya en una segunda parte en la que el Eibar seguía en sus trece. En el 64 quedó sin sancionar lo que parecía un claro penalti de Clavería a Stoichkov pero en la acción inmediatamente posterior, el árbitro sí castigó una mano de Xavi Torres más abierta a discusiones. Lanzó Stoichkov y despejó Óscar para desesperación de un equipo que, sin embargo, no quiso asumir que ayer tampoco sería el día.

No lo hizo ni en el descuento y su cabezonería se vio recompensada. Recién superado el noventa, daba en la mano de Zé Ricardo, en una de esas acciones en las que resulta imposible adivinar qué va a decidir el árbitro. González Francés dijo que sí, que penalti. Quique también dijo que sí, que para dentro y, por fortuna, Óscar esta vez no pudo decir ni pío.