Joseba ITURRIA
Interview
ARITZ BAGÜES
Corredor del Caja Rural-RGA

«Alargarlo unos años no me soluciona la vida y me ilusiona enseñar a los jóvenes»

El oreretarra explica las razones que le han llevado a aceptar a los 33 años la oferta del Caja Rural para pasar a dirigir el equipo amateur a pesar de tener la opción de seguir tras la temporada en la que se ha sentido mejor. El nacimiento de su hija ha influido.

(Iñigo URIZ | FOKU)

Aritz Bagües hace balance de su trayectoria ciclista, en la que ha destacado por ser un corredor que ha trabajado más para sus compañeros que para conseguir sus resultados. Así se ha ganado la confianza de sus directores. En su carrera han sido claves dos, Jon Odriozola y Xabier Muriel, que le animaron a recalificarse como amateur en 2014 cuando tenía decidido dejar la bicicleta.

No ha sido un corredor que ha destacado por lograr victorias y así pasó a la categoría continental en 2011 con la Fundación con un triunfo en los tres primeros años como sub’23...

Los dos primeros corrí en el equipo de mi pueblo, el Laguntasuna Bruesa. En un club menor no era tan fácil, pero pude pasar al Bidelan, con el que conseguí en el tercero la victoria de Lezo, que fue muy importante al ganar en casa. Lo que me dio la oportunidad de pasar fue la regularidad. En Bidasoa fui décimo y octavo en Salamanca con gente que había corrido en profesionales, no había límites de edad como ahora. Después de esa carrera me llamaron de la Fundación Euskadi para pasar al equipo continental, con el que corrí tres años. Los dos primeros era Orbea, filial del Euskaltel, que nos daba el sustento, y el tercero como Fundación tras separarse fue la perdición. No teníamos calendario ni la sensación de poder dar un salto al Euskaltel al romperse la relación. Al tercer año dijeron que no contaban conmigo.

¿Con 25 años no se planteó dejar el ciclismo en 2014?

Tenía decidido dejarlo, pero me llamó Jon Odriozola para decirme que tenía un proyecto que aspiraba a dar el salto a profesionales. Mi hermano Urtzi corría en el equipo, tenía un año de paro y decidí hacer la temporada como un hobby con mi hermano y mis amigos y si salía el proyecto bien y, si no, dejaba la bicicleta. Fue el mejor año de mi vida en lo deportivo. Gané Guerrita, la clásica Loinaz, dos etapas y la general de León, en Oiartzun, en casa, una etapa en la Vuelta a Galicia, fui primero en el ranking de la Española, subcampeón de España élite, ganamos la Copa de España por equipos e individual con Intziarte y cuajó la idea de Murias.

¿Los cinco años en Murias fueron los más especiales con Jon Odriozola y Xabier Muriel?

Con Jon hice muchísimo trato en el año de amateur. Confió en mí y yo en él y en Murias seguimos igual. Con Xabier ya coincidí en Bidelan en mi tercer año sub’23, era mi preparador y director, y me ha llevado casi toda mi carrera quitando los años de la Fundación. Me conoce más que mis padres.

Murias ha sido muy especial. Empezamos desde cero, desde amateur, subimos a la categoría continental, pasamos penurias, éramos una banda, pero fuimos creciendo y pudimos correr dos Vueltas y ganar dos etapas. Murias era una gran familia. fue especial también porque la mayoría éramos de casa y es más fácil. Tuve la suerte de entrar los dos años en el equipo de la Vuelta y de ganar aquellas etapas. Fue increíble lo que conseguimos con el presupuesto que teníamos, que estábamos a años luz de los World Tour, pero poniendo cada uno su grano de arena se consiguieron grandes cosas. Desde la pandemia el ciclismo ha evolucionado una barbaridad. Si antes era difícil conseguir victorias, ahora es casi imposible. El Caja Rural hace una labor increíble, pero lograr resultados es muy complicado.

Se ha ganado la confianza de los directores y por eso Muriel lo llevó al Caja Rural....

Confiaron en mí y Muriel, cuando desapareció Murias, hizo lo posible para que siguiese en Caja Rural. Le estoy eternamente agradecido, confió en mí. Tenía que ganarme la confianza de los directores y lo he logrado. Es de agradecer que confíen en mí. Tampoco hago nada especial. Soy como soy. Me han enseñado que hay que intentar hacer lo mejor posible mi trabajo. No soy ganador, puedo hacer décimo, pero si un compañero puede ganar le ayudo. Desde crío mi personalidad ha sido así.

Ha corrido las cuatro Vueltas que tenía opción. ¿Le apena no disputarla el último año?

Poder estar en las grandes y acabar las cuatro es una experiencia que hay que vivir. Es muy duro física y psicológicamente. Me hace ilusíón correrlas, pero he disfrutado más que nunca este año porque he sido padre. Y si voy a Turquía en vez de a la Itzulia feliz. Vaya donde vaya no me importa, somos profesionales y hay que dar el 100% siempre, da igual en la Vuelta que en Rumanía.

¿Cómo ha sido la decisión de dejar la bicicleta y pasar a ser director del equipo amateur?

Ha sido un poco raro. He tenido uno de los mejores años de mi vida y me encontraba con ganas de seguir, pero los directores me dijeron que Juanma Hernández quería hacerme una propuesta. Me dijo: «No quiero que te sientas presionado. Si quieres seguir de corredor te ofrezco contrato, pero te queremos proponer ser director del amateur. Piénsalo».

Tengo una niña de un año, hablé en casa y decidí que hasta aquí. Han sido muchos años, podía alargarlo uno, dos o tres más, pero no me iba a solucionar la vida. Es un reto nuevo, me apasiona enseñar lo que sé a los jóvenes, me ilusiona trabajar con la plantilla sub’23, Y tengo más tiempo sin la necesidad de entrenarme. Saldré por gusto cuando pueda. No me lo había planteado, me sentía bien, pero han sido once años desde 2011, muchos, y éste he tenido una caída dura que a la niña no le podía coger en brazos... Cambio de vida con mucha ilusión.