Así es nuestra historia

Vivimos tiempos en los que se teoriza el racismo con tópicos, utilizados en épocas y lugares donde la llegada de la migración más empobrecida exige un cambio de paradigmas sociales. Hace unos días, leyendo un artículo contra la migración actual, recordé la Gasteiz recién industrializada de los 60, cuando llegaron miles de personas de otros pueblos del Estado en busca de futuro. Entonces, el racismo de la burguesía pretendió contaminar a la población con los mismos argumentos de hoy: que traen pobreza, paro, delincuencia… Sin embargo, el capitalismo local explotaba lo mismo a los trabajadores emigrantes que a los gasteiztarras. Los tópicos racistas sobre el barrio obrero de Abetxuko lograron que se le llamara «la ciudad sin ley» y a Errekaleor, «el mundo mejor». Pues bien, en pocos años, estos barrios nos dieron una lección de organización y activismo y social; Abetxuko, en la lucha cultural y vecinal contra la droga y Errekaleor, creando un vivir comunitario contra el desarraigo. La lucha obrera de marzo del 76 unió a los de aquí y a los de allá en una misma clase y, en la cuestión nacional, la idea de una Euskal Herria independiente y socialista nos volvió a unir, a unas, en las bases de Herri Batasuna y, a otros, militantes de ETA, en el exilio, la cárcel o la muerte. Así es nuestra historia.