Elon Musk, nuevo propietario de Twitter, ordenó ayer el cierre de las oficinas de la compañía para comunicar el despido de 3.738 empleados, la mitad de la plantilla de la red social, dentro de su «esfuerzo» por poner la plataforma «en una trayectoria saludable».

A primera hora de ayer, algunos empleados dejaron de tener acceso a las cuentas corporativas de la empresa y a otras aplicaciones internas, sin haber recibido todavía cartas de despido, y tuitearon mensajes como «Vaya, parece que estoy despedido».

Todos los empleados de la sede de San Francisco, sin embargo, recibieron un correo en el que se les pedía que no fueran al trabajo: «Nuestras oficinas van a estar temporalmente cerradas y las tarjetas de acceso suspendidas. Si estás en la oficina o camino de ella, por favor, regresa a tu casa».

El mensaje, que comenzaba con un genérico «Equipo» en el encabezamiento, no se andaba por las ramas: «En un esfuerzo por poner Twitter en una trayectoria saludable, vamos a completar el difícil proceso de reducir nuestra fuerza laboral el viernes {por ayer]. Reconocemos que esto va a impactar a un buen número de personas que han realizado aportaciones valiosas, pero la acción es absolutamente necesaria para garantizar el éxito de la compañía para seguir adelante».

Dejar de anunciarse

Mientras, varias marcas, entre ellas el grupo automovilístico Volkswagen, comunicaron que van a dejar de anunciarse en Twitter. El motivo fue el anuncio de la red social de estudiar las pautas de esos contenidos y de que observará la situación y dará los siguientes pasos según qué ocurra.