Ha fallecido Katherine Duncan-Jones, a los 81 años y pasó su vida estudiando literatura inglesa en universidades como las de Oxford o Cambridge. Fue una académica importante en su área pero, poco conocida fuera de ella. Tras años investigando las obras de Shakespeare, sostuvo que el venerado dramaturgo, además de un patán, era un narcisista, un misógino y un arribista.

El obituario de Duncan-Jones es todo lo que cualquiera odiaría porque, precisamente, Shaskespeare vuelve a ser el protagonista. Es decir, mueres y acaban hablando de la persona a la que llamas patán. Escribir, hacerlo de forma que el lector entienda lo que lee, es una cuestión complicada. Hace tiempo que considero que escribir de forma ininteligible no es siempre sinónimo de calidad o profundidad. Cuando leo a Umberto Eco, John Berger o a Susan Sontag, compruebo que las ideas complejas llegan con mayor facilidad si son explicadas de un modo sencillo, que no simplista. Haruki Murakami (‘Tokio blues’) explica cómo desarrolló su estilo. Murakami comenzó a escribir en inglés y este hecho le llevó a darse cuenta de que podía expresarse con un conjunto limitado de palabras y estructuras gramaticales. Aprendió que no era necesario utilizar palabras difíciles, que no tenía que impresionar con bellos giros. El suyo no es el único método, tampoco es garantía de calidad, eso sí, nadie, aunque escriba bien y de forma inteligible, se salvará de poder ser considerado un patán y, con suerte, saldrá en el obituario de otra persona.