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El pago de pérdidas y daños por la crisis climática medirá el éxito de la COP27

La conferencia climática de la ONU COP27 comenzó en Egipto con la financiación por los daños del calentamiento global por primera vez oficialmente en el menú de discusiones y como indicador para medir su éxito, entre la desconfianza de los países más pobres y la constatación de que no hay planes creíbles para cumplir los objetivos.

Participantes en la COP27, en la entrada del Centro Internacional de Convenciones. (Joseph EID | AFP)

«Nuestro planeta está enviando una señal de angustia», recordó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un mensaje a los asistentes a la cumbre del clima COP27 en Sharm El Seij, refiriéndose a la actual situación como una «crónica del caos climático».

Hasta el 18 de noviembre, delegados de cerca de 200 países intentarán mantener los objetivos de la lucha contra el calentamiento global -aunque incluso estos vayan resultando insuficientes-, mientras las múltiples crisis que sacuden al mundo -guerra, inflación y amenaza de recesión, crisis alimentaria- hacen temer que pase a un segundo plano.

Los pobres desconfían

Porque los impactos del cambio climático se multiplican, como ilustra la procesión de desastres que han azotado el planeta en 2022: históricas inundaciones en Pakistán, reiteradas olas de calor en Europa, huracanes, incendios, sequías... Desastres cuyos costes ya ascienden a pérdidas millonarias y por los que los países del Sur reclaman una compensación económica.

Este delicado tema de «pérdidas y daños» se agregó oficialmente a la agenda cuando hasta ahora, enfrentando a las resistencias de los países ricos, solo era objeto de un «diálogo» previsto hasta 2024.

«El éxito o el fracaso de la COP27 se juzgará sobre un acuerdo sobre este mecanismo de financiación de pérdidas y daños», advirtió Munir Akram, embajador de Pakistán en la ONU y presidente del G77+China, que representa a más de 130 países emergentes y pobres.

La desconfianza de los países empobrecidos es fuerte ante el incumplimiento de la promesa de los países más ricos de aumentar a 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 su ayuda para que reduzcan sus emisiones y se preparen para los impactos.

Pero haya acuerdo o no, las necesidades de financiamiento se cuentan ya en billones según Michai Robertson, negociador de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (Aosis). Y, aunque el presidente de la Conferencia, el ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shukri, consideró que incluir el problema de la financiación en la agenda es futo de la «empatía» con las víctimas, también refleja el reconocimiento de que ya es demasiado tarde para evitar los daños.

Los objetivos se incumplirán

Precisamente, el tema candente es evitar un retroceso en los compromisos de reducción de emisiones, que ya son insuficientes. Solo 29 países han presentado planes mejorados de reducción desde la COP de 2021, a pesar de que habían adoptado un pacto que los instaba a hacerlo.

De hecho, las emisiones de gases de efecto invernadero deben caer al menos un 45% para 2030 para tener la posibilidad de limitar el calentamiento a 1,5°C en comparación con la era preindustrial, el objetivo más ambicioso del acuerdo de París.

Pero incluso cumplimendo los compromisos actuales de los estados signatarios, las emisiones aumentarían entre el 5% y el 10%, poniendo al mundo en una trayectoria de +2,4 °C para finales de siglo, lejos hasta del objetivo principal del acuerdo de París (menos del 2°C respecto a la época en que se empezó a quemar combustibles fósiles).

Con las políticas actuales, se avecina un catastrófico +2,8°C, según la ONU. Sus agencias especializadas, de hecho, no ven «ningún camino creíble» para cumplir el objetivo del 1,5°C.

Las cosecuencias se aceleran en los últimos ocho años

Coincidiendo con el inicio de la COP27, la Organización Meteorológica Mundial alertó de que los últimos ocho años van camino de ser los más cálidos de los que se tiene constancia y las consecuencias se han acelerado. En un 2022 en el que las extremas olas de calor, las sequías y las devastadores inundaciones han afectado a millones de personas y han ocasionado pérdidas valoradas en miles de millones, la temperatura media mundial superará ya en 1,15°C la media del período preindustrial. Desde 1993 se ha duplicado la velocidad a la que aumenta el nivel del mar y este año ha marcado un nuevo máximo. «El 1% del incremento del nivel del mar aescala mundial desde que empezaron a obtenerse mediciones por satélite se concentra en los últimos dos años y medio», apunta la OMM. GARA