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PROBLEMAS ESTRUCTURALES EN LA POTENCIA TECNOLÓGICA

La otra cara de Corea del Sur

Corea del Sur atrajo la atención mediática tras la catástrofe ocurrida en torno a la fiesta de Halloween en un barrio de Seúl. Durante mucho tiempo los medios de comunicación han alabado algunos aspectos de la realidad del país asiático, pero han ocultado su otra cara.

(EUROPA PRESS)

Considerada una potencia empresarial con un alto desarrollo en la construcción y uso de las tecnologías de comunicación e información más avanzadas, Corea del Sur comparte con Japón uno de los índices más bajos de delincuencia.

Se ha destacado también por su exitosa campaña contra el covid-19, su música es referencial en buena parte de Asia, y sus películas y series de televisión han ocupado la centralidad de los medios occidentales. Sin embargo, durante las últimas décadas ha acumulado una larga lista de desastres con un alto coste de vidas humanas. La mayor parte de esos accidentes han sido motivados por problemas estructurales: fallos del Gobierno, regulación sin cumplir, corrupción…

La fiesta de Halloween en Itaewon (conocido como The Won) ha añadido otro caso más a esa lista negra. Esta zona ha pasado de ser un «pueblo» junto a la gran base militar de EEUU en Seúl a un lugar de moda y ocio nocturno, con locales y bares influenciados por las modas y decoración extranjeras, como señala un joven local, «una experiencia en el extranjero, pero en casa».

El corazón de The Won es una calle peatonal, repleta de bares, y su punto de enlace con la red de transportes de la ciudad es un pequeño callejón, estrecho y en pendiente. Ahí se desató la tragedia. Una falta de medidas de control, fallos gubernamentales y policiales y una evidente ausencia de planificación fueron los «colaboradores» de la catástrofe.

Hasta el desastre de Halloween,

el accidente más luctuoso era el del ferry Sewol, que el 16 de abril de 2014 se cobró la vida de 304 personas, la mayoría estudiantes. Según denunciaron los padres de las víctimas, ese día ocurrieron una sucesión de acontecimientos que muestran los problemas estructurales del país; el ferry iba con más pasajeros y coches de los permitidos; la tripulación no supo actuar con celeridad (el capitán y algunos tripulantes fueron los primeros en abandonar el barco); los pasajeros fueron retenidos en los camarotes; los botes salvavidas no funcionaron y la Guarda Costera tardó en actuar. Algunos familiares sostienen que «se podría haber evitado si se hubieran observado debidamente las normas de seguridad».

Las posteriores movilizaciones lograron terminar con la presidencia de Park Geun-Hye. Su sucesor, Moon Jae-in, apoyó la campaña de las familias, pero tras su triunfo se olvidó de todo, y del actual presidente, Yoon Suk-yeol, del mismo partrido que Park, no se puede esperar mucho. Esa catástrofe sirvió para mostrar el terrible resultado de las reformas neoliberales que se instauraron en Corea del Sur. La desregulación, la privatización, el papel de los grandes conglomerados, el soborno y fraude de empresarios y la corrupción de la clase política y buena parte del aparato burocrático del Estado está en la base de la cara oculta del país.

Muchos burócratas jubilados pasan a ocupar puestos altos en empresas privadas y en asociaciones empresariales. También se da el caso de funcionarios en activo que aceptan las «presiones» y «regalos» con la esperanza de seguir carreras posteriores a su jubilación en esos campos. Durante años se ha señalado que este fenómeno ha estado muy extendido entre las Fuerzas Armadas y la industria de defensa. Pero a día de hoy, su ámbito de actuación abarca las principales estructuras políticas y empresariales. Las consecuencias políticas siempre planean sobre estas catástrofes. Ya hay algunas voces que señalan que tal vez Yoon pueda encontrarse en una situación similar a la de Park. La oposición pide la dimisión de Yoon y el cese de la utilización política de la Fiscalía contra miembros de la oposición. El Gobierno, que en un primer momento estaba a la defensiva y desconcertado, también ha sacado a sus seguidores a la calle. Y su campaña se basa en los tópicos habituales, que pasan por acusar a la oposición de politizar la tragedia, de simpatizar con Corea del Norte, o de buscar la inestabilidad y dañar la economía y la imagen del país».

En este complejo escenario asoman posibles «daños colaterales». Tras el congreso del PCCh y las pruebas armamentísticas de Corea del Norte, EEUU observa con preocupación los problemas que afrontan sus aliados regionales. En Japón, el primer ministro Kishida tiene índices de popularidad muy bajos, y su partido, PLD, está siendo castigado por sus vínculos con la Iglesia de la Unificación, que algunos califican de secta. En Corea del sur se repite el mismo esquema. Yoon cuenta con un bajo índice de aprobación y los vínculos de su partido con los conglomerados empresariales y la corrupción sobrevuelan el escenario. Y por si fuera poco, las relaciones entre ambos países no son nada fáciles, y en muchas ocasiones la opinión pública de cada uno de ellos es muy susceptible a cualquier acuerdo. Este esquema puede poner importantes dificultades a la estrategia expansionista de Washington en la región.

En definitiva, la corrupción y la colaboración «mafiosa» entre los chaebol y la clase política, aplicando recetas y políticas neoliberales, son la base de la otra cara de Corea del Sur.

HEGO KOREAREN BESTE AURPEGIA

Halloween jaialdiaren testuinguruan gertaturiko ezbeharrak Hego Korearen beste aurpegia azaleratu du. Istripuaren muinean segurtasun neurrien gabezia eta poliziaren eta gobernuaren hutsegiteak daude. 2014an “Sewol” ferryaren istripuan 304 pertsona hil ziren, gehienak txango bat egiten ari ziren ikasleak. Orduan ere hanka-sartze kate luze bat egon zen. Tragedia horrek ondorio politikoak izan zituen. Oraingo honetan ere oposizioak presidentearen dimisioa eskatu du. Ezbehar horiek potentzia ekonomiko honen aurpegi iluna erakusten dute.