Carlos GIL ZAMORAAnalista cultural

Algo más que una duda

Quizás sea el tiempo de alimentar las dudas más eficaces para combatir la falta de dudas razonables. ¿Hubo alguna vez una dramaturgia vasca reconocible y que se pueda tabular, estudiar y comparar? Mi vida consiste en peregrinar por reuniones de profesionales de los diferentes gremios que conforman el hecho teatral, y he pasado unos día rodeado de dramaturgas y dramaturgos que se reconocían como murcianos, por lo que mi duda se fundamenta en la aparente seguridad con la que en otros lugares del planeta se consideran formando parte de un todo, de un conjunto, que les identifica y les hace sentirse más arropados o al menos con mayores posibilidades de que su lucha conjunta les ayude a superar aquellos problemas que consideran importantes para que su desarrollo alcance los niveles que pretenden.

Hablando con exactitud política, ¿el teatro vasco es el que se hace en Euskal Herria, sea el idioma que sea el utilizado, o deberíamos afinar mejor y decir que es el que se escribe en euskara, se dirige e interpreta en euskara? La pregunta me ha costado escribirla, ya que me resonaba como escrita, dicha, gritada y nunca resuelta desde los tiempos en los que no existía ni el fax. Pero a los presentes les lanzo mi duda ya que podría contestar de manera directa, pero cada vez me parece más adecuado ir acotando estas cuestiones con precisión milimétrica porque no se puede vivir siempre en la propaganda y la entelequia. Además, existe una escuela oficial que pretende hacer del euskara uno de sus instrumentos básicos para ir creando esa dramaturgia propia.