La tensión ha aumentado durante el fin de semana en el norte de Kosovo, cuando activistas serbios bloquearon varias carreteras en protesta contra la detención de un expolicía serbokosovar, acusado de participar en ataques a instalaciones electorales y cuyo traslado a Pristina quieren evitar.

El ministro del Interior de Kosovo, Xhelal Svecla, dijo que la Policía levantará las barricadas cuando lo vea oportuno, mientras el líder de los serbios en Kosovo, Goran Rakic, acusó al primer ministro kosovar, Albin Kurti, de preparar el caos al pretender enviar unidades especiales al norte, y apeló a la fuerza liderada por la OTAN (KFOR) y a la misión civil de la UE (Eulex) para impedirlo.

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, aseguró que hará todo por preservar la paz en Kosovo y llamó a los serbios de Kosovo a no atacar a Eulex ni a KFOR, mientras rechazaba las llamadas a levantar las barricadas por parte de la UE, que denunció un ataque con una granada de estruendo contra una de sus patrullas.

Ante las tensiones, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, anunció el sábado que las elecciones locales, previstas para el 18 de diciembre, serán aplazadas a abril de 2023. Los comicios son necesarios tras la renuncia de cientos de electos serbokosovares en protesta por la decisión de Pristina de prohibir el uso de matrículas emitidas por Serbia.

Vucic anunció que pedirá a la KFOR el reenvío de soldados y policías serbios a Kosovo, territorio que abandonaron en 1999, para proteger a la población serbia, aunque reconoció que no recibirá el visto bueno.