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SEGUNDA

El Eibar suma un punto de más trabajo que brillo para mantenerse arriba

Los azulgranas no quisieron arriesgar ante un Levante que también encaraba la cita enrachado y sólo en los primeros y últimos minutos inquietaron a Cárdenas. El miércoles cerrarán el año con la visita copera al Ibiza Islas Pitiusas.

Arbilla controla el balón ante el granota De Frutos. (S.D. EIBAR)

El Eibar prolonga su buena racha con un punto logrado de forma poco atractiva pero con bastante mérito. Porque si los azulgranas llegaban al Ciudad de Valencia en su mejor momento de la temporada, con esas tres victorias consecutivas que les habían aupado al liderato de Segunda, el Levante no lo había hecho mucho peor en una semana en la que sumó siete puntos tras echar el candado a su portería, que no fueron capaces de batir Málaga, Ponferradina ni Alavés.

Quizá por pensar que el gol era un objetivo especialmente complicado ante un rival al que nadie ha podido derrotar desde más de dos meses, prefirió no arriesgar lo más mínimo el Eibar, que sólo inquietó a Dani Cárdenas en los primeros y últimos minutos de partido. Si ése era, efectivamente, su planteamiento, el punto puede darse por bueno porque el equipo sale vivo de uno de los campos más complicados de la categoría y, aunque ceda el liderato en favor de Las Palmas, despedirá el año en puntos de ascenso directo.

Tras una semana cargadísima, que además había afrontado con bastantes ausencias, y con la visita copera del miércoles al Ibiza Islas Pitiusas pendiente para cerrar definitivamente 2022, Gaizka Garitano, que ya había dejado a Berrocal en casa, refrescó el once inicial de forma considerable. Entraron cinco futbolistas entre los que se encontraba un Venancio al que las lesiones tienen martirizado -la temporada pasada fue el central más utilizado, con diferencia, por su técnico y en la actual, con apenas ocho titularidades, es el 14º futbolista en el reparto de minutos- y que se había perdido los cuatro últimos encuentros.

ARRANQUE PROMETEDOR

Si en las últimas jornadas había ido de menos a más, ayer el Eibar protagonizó un arranque de partido de lo más esperanzador. Ofensivo, con chispa, lastimó sobre todo por la derecha y pisó con frecuencia y peligro el área levantinista. Fue tan bonito como efímero. No había pasado mucho más de un cuarto de hora cuando empezó a recular, quizá empujado por un rival que se adueñó del balón y pasó a tener la iniciativa aunque le costó muchísimo hacer daño. Los armeros prácticamente no volvieron a cruzar la línea de medio campo pero al menos supieron evitarle angustias a Luca. Al menos hasta los minutos previos al descanso. El campo, forzado por los problemas físicos de Campaña, no entraba en las previsiones de Javi Calleja, al menos no tan pronto, pero su equipo agradeció la entrada de un Joni Montiel que dio frescura al ataque e hizo peligrar las conservadoras previsiones eibarresas.

Se notó mucho más en un segundo tiempo en el que el Levante seguía mandando y ahora, además, hacía daño aunque sus ocasiones no fueran excesivas. Claras sí y Luca se convirtió en uno de los principales responsables del punto que sumó su equipo. Primero sacó, cuando ya casi había superado la línea de gol, un balón que había tocado Arbilla tras centrar Son en busca de Bouldini; después aguantó para despejar un remate de Bouldini a bocajarro y en la recta final repitió ante otro disparo a bocajarro, este de Pepelu tras una bonita acción de Joni Montiel.

Fue la última aparición de los atacantes granotas. El Eibar no estaba firmando uno de esos segundos tiempos arrolladores que tan buenos resultados le están dando pero su técnico quiso buscar una versión reducida con los cambios en la recta final. No le faltó demasiado, con un equipo que cruzó la línea divisoria más veces en los cinco últimos minutos que en los sesenta anteriores, y que estuvo a punto de liarla con una acción de Tejero, Vadillo y Quique que acabó dando en el poste y anulada por un fuera de juego que habría requerido revisión de haber entrado.