Gasteiz, y Mendizorrotza en especial, se preparan para un sábado nocturno (21.00) de buen fútbol, o al menos de emociones. El Burgos visita en Mendizorrotza instalado en la cuarta plaza de Segunda División, actualmente puesto de promoción al ascenso a Primera. Pero no solo eso, porque el Deportivo Alavés le sigue en la tabla, a un solo punto de los burgaleses, por lo que el choque puede ser de altos vuelos.

Los albiazules, además, llegan con la moral alta tras su pase a octavos de Copa al eliminar al Valladolid -hoy a las 13.00 conocerán el próximo rival-, por lo que esperan trasladar a la Liga las buenas sensaciones de la competición del KO.

Los gasteiztarras cerraron la primera vuelta con cuatro derrotas consecutivas que le han hecho caer de la cabeza de la tabla. Precisamente el conjunto burgalés truncó la imbatibilidad del Glorioso en Segunda. Luis García Plaza no podrá contar con Alex Sedlar ni con Mamadou Sylla, ambos por sanción, pero recupera a Miguel De la Fuente tras su ausencia copera por lesión.

Es posible que Antonio Sivera, Abqar y Rubén Duarte también vuelvan a un once que cambiará respecto a las eliminatorias de Copa. Salva Sevilla y Carlos Benavídez estarán en la sala de máquinas con Jon Guridi y Miguel de la Fuente en la zona más ofensiva.

UN RIVAL CON «AYUDA» EXTRA

El Burgos quiere estrenar 2023 con victoria, y sus jugadores no lo harán solos, pues más de 2.000 aficionados estarán en Mendizorrotza animando a su equipo. El técnico Julián Calero hizo hincapié en el pase copero del Alavés, un resultado que le sirve para saber que «con los menos habituales» ha podido contra un Primera y eso «habla de su profundidad y capacidad».

El Alavés deberá aprovechar que el Burgos tiene la enfermería llena, ya que Calero no ha podido recuperar en este descanso a todas las piezas que esperaba y al menos hay tocado un jugador en todas las líneas.