Amparo LASHERAS
Periodista
AZKEN PUNTUA

Seguiremos caminando

En la primera columna de enero solo tengo en el pensamiento un tema, la libertad de las presas y presos políticos. Es al poner la fecha cuando tomo conciencia de que ha pasado un año. No me atrevo a decir si para ellos y ellas los meses que están por llegar serán mejores o peores porque, como en otras cuestiones, depende de la voluntad política de quienes gobiernan y, en particular, de los tribunales españoles. Sin embargo, existe un concepto que convertido en acción abre caminos y, en ocasiones, aunque no quieran reconocerlo, ha doblegado «voluntades» políticas y empresariales que parecían inamovibles. Hablo del convencimiento de que la lucha popular puede cambiar el devenir más oscuro y, además, ayuda a mantener viva esa llama que, por pequeña que sea, alienta el sueño de ganar. Me han salido canas marchando por las calles de Bilbo, en el anonimato de miles de personas que, al exigir la libertad de los y las presas políticas, reclamaban también una Euskal Herria independiente y más justa, es decir más socialista. Esta tarde volverá a llenarse la calle Autonomía y por ella caminarán abertzales con la libertad recién estrenada, pendiente aún del siniestro hilo de la AN. No hemos llegado a la meta, pero seguiremos caminando hasta que la última celda de la última cárcel se quede vacía.