Mikel INSAUSTI
CRÍTICA: «EL LIBRO DEL AMOR»

La traducción (erótica) supera al original (romántico)

Hace mucho tiempo que no veo culebrones mexicanos, y me temo que me quedé en los tiempos de las series de Televisa. Precisamente la realizadora Analeine Cal y Mayor procede de dicho medio, y para la pantalla grande había hecho antes “El niño que huele a pez” (2012) y “La voz de un sueño” (2016). Su tercer largometraje, “El libro del amor” (2022), es una coproducción con el cine británico que muestra una cultura azteca en la que cabe la caricatura de esa realidad nacional distorsionada por las telenovelas, palpable en el morbo que despierta cualquier relación pasional, seguramente debido a una herencia católica y conservadora generadora de un ambiente represivo. Esto sorprende al visitante anglosajón, procedente de un mundo más permisivo, que no le da tanta importancia al sexo y venera a sus autores románticos y los ideales poéticos que representan.

El escritor encarnado por Sam Claflin es fiel a dicha tradición literaria británica pero que, llevada a los tiempos actuales, resulta tan aburrida que no vende un solo ejemplar de su novela “The Sensible Heart”. En cambio, en México su traducción al castellano como “El corazón sensible” se convierte en un superventas. La culpa de tan sorpresivo éxito la tiene la traductora a la que da vida Verónica Echegui, que ha decidido darle un contenido más erótico a los pasajes más puritanos. En realidad no deja de ser la verdadera autora, puesto que es una joven madre que sueña con ser novelista, pero que ha de salir adelante como camarera.

La premisa de la que parte “El libro del amor” es prometedora, pero en su desarrollo parece no querer ir mucho más allá, conformándose con la consabida atracción entre opuestos, ya que el autor y la traductora han de compartir gira promocional por México, con tiempo más que suficiente para vencer sus diferencias iniciales y acabar como pareja.