Iratxe Fresneda
Docente e investigadora audiovisual

Polar

El ciclo Nosferatu de Donostia Kultura se centrará en el cine negro francés, una buena oportunidad para acercarse al polar. Uno de los mayores amantes del género fue el francés Claude Chabrol. Creador de un noir muy personal en el que el humor y la ironía desempeñaban un papel fundamental, su cine se distinguió por la búsqueda de la sencillez, dando excelentes resultados. Sociólogo algo más que aficionado, Chabrol nos introdujo en los salones, jardines, bibliotecas y alcobas de la burguesía provinciana francesa para después descuartizar sus actitudes morales. Amante y estudioso del cine de Hitchcock y por supuesto del polar, tuvo una visión muy particular del cine negro y el suspense: «En general, en las películas de suspense es la trama la que mantiene la acción. En mis películas no ocurre así. Es más bien lo que aprendemos de los personajes. En el análisis final, la trama no tiene una importancia tremenda». Su mirada, ácida y tierna a la vez, acertó al escoger a su musa, Isabelle Huppert, con quien mostró al mundo otro estilo de actriz, contenida y explosiva al mismo tiempo. En el cenit de su carrera, tras “Bellamy”, Chabrol se fue sin avisar, dejando una huella cinematográfica que esconde una obsesión: «Espero que el conjunto de mi trabajo refleje de forma fidedigna lo que es el comportamiento del ser humano de la segunda mitad del siglo veinte y esperemos que el de los primeros años del veintiuno». De esto, entre otras cosas, va el polar.