¿Por qué se cayó el anciano?
En el comedor de una residencia de mayores que podría ser cualquiera de las que están en manos del negocio, un residente espera el desayuno. Dos auxiliares van trayendo, de uno en uno, a los ancianos desde sus habitaciones una vez los levantan, los visten y asean. No queda tiempo ni para mirarse. El residente que espera en el comedor se muestra nervioso.
Le han dicho que no se levante y sabe que no puede hacerlo, que debe estar quieto en la silla a la espera de que venga la auxiliar, que puede caerse, que tampoco sería la primera vez que acaba en el hospital y, de hecho, porque lo sabe es que sigue sentado, pero pasan los minutos y le urge levantarse. Vuelve a pedirle calma una auxiliar que rauda llega al comedor con otro residente antes de irse en busca del siguiente.
Tras algunos amagos, el residente apoya las manos en la mesa y, lentamente, se va incorporando hasta ponerse de pie entre la silla y la mesa. No hay ninguna auxiliar a la vista. El residente no puede esperar más… y ocurre lo que temía.
La insoportable falta de personal en las residencias del negocio provoca toda clase de conflictos y accidentes, a veces mortales. No es este el caso. La urgencia era intestinal. Una vez el residente se puso en pie se cagó encima.
(Preso politikoak aske)