GARA Euskal Herriko egunkaria

Sí es sí


Han crecido los premios gremiales, sectoriales, locales, de ámbito limitado de una manera que indica una necesidad de figuración. Es como si fuera un impulso para premiarse a través de los premios, no de premiar a otros con los mismos. Se busca que sean los premios, su marca, el valor de cambio, no la figura o el espectáculo el que se destaca. Y con los premios llegan algunos patrocinadores y unas fiestas que son el auténtico lugar donde se muestran algunas maneras de ser y estar en el mundo más allá de sus propias cualidades artísticas.

En Zaragoza, la gala de unos premios de una asociación periodística especializada ha acabado con un escándalo, con unas denuncias a un productor por abusos.

Y lo trascendido es que algunos de los denunciantes se han dado cuenta de que es una forma de estar en esos festejos muy bochornosa, ya que se trata de enmascararse en el consumo de sustancias o de alcohol para buscar besos sin consentimiento, tocar nalgas sin otra motivación que su deseo, de acorralamientos cuando no se llega a situaciones más vejatorias. Ha trascendido esto y debe servir para entender que han existido unas maneras muy machistas, muy desagradables y extendidas, de relacionarse entre una parte del poder y las artistas, que hoy se deben denunciar porque están señaladas en una ley que se está manoseando entre políticos, jueces y medios. El consentimiento es algo sagrado.