Koldo LANDALUZE
DONOSTIA

A las puertas de «conclusiones importantes» en el «caso Neruda»

La presentación del informe preliminar que incluye «importantes conclusiones» sobre la muerte del poeta chileno Pablo Neruda, fallecido dos semanas después del golpe militar de Pinochet de 1973, fue suspendida el pasado viernes debido a «problemas técnicos». El informe que dilucidará si murió envenenado por una bacteria que le habría sido suministrada, como apuntan varios testimonios, será dado a conocer próximamente.

El poeta chileno, en una imagen de 1971.
El poeta chileno, en una imagen de 1971. (AFP)

La expectación era máxima el pasado viernes ante la posibilidad de que fueran dados a conocer los resultados del informe preliminar sobre la muerte del poeta chileno Pablo Neruda que, según se había filtrado, incluía conclusiones relevantes sobre la posibilidad de que hubiera sido enveneado. En concreto, lo que está por esclarecer es si la bacteria que se encontró en el cuerpo del premio Nobel hace seis años, clostridium botulinum, es de origen tóxico o no.

Sin embargo, habrá que esperar. La suspensión está motivada por “problemas técnicos” ya que, según explicó a los medios la magistrada del caso, Paola Plaza, es debida a que uno de los peritos, llamado Romilio Espejo, se encuentra en una ciudad del sur de Chile que en estos momentos sufre un grave incendio.

Rodolfo Reyes, sobrino del escritor, añadió que algunos de los peritos internacionales que participaron en la elaboración del informe y que se encuentran fuera de Chile, también tuvieron problemas de conexión. Ante los medios concentrado en el Palacio de Tribunales de Santiago de Chile, Reyes dijo que «es vergonzoso y me duele mucho, pero tenemos que seguir esperando. Había mucha expectativa. Todo el mundo quiere conocer la verdad sobre la muerte de Pablo Neruda».

El panel de expertos, integrado por científicos de Canadá, Dinamarca y Estados Unidos, reunidos de manera virtual y presencial desde el pasado 24 de enero, tenía como objetivo dilucidar el origen de la bacteria clostridium botulinum encontrada en un molar del poeta en 2017.

Dicha bacteria es responsable del botulismo, y es un bacilo que se encuentra por lo general en la tierra. La clave está en determinar si la muestra hallada fue alterada en un laboratorio e inoculada después, lo que demostraría la intervención de terceros. Finalmente, la comparecencia ante los medios ha sido pospuesta al 6 de febrero.

«Están matando gente»

Transcurridos cincuenta años desde su fallecimiento y doce desde que se inició la primera investigación judicial encaminada a aclarar la causa verdadera de la muerte de Pablo Neruda, el misterio sigue rodeando un episodio que pudo haber caído en el ostracismo de no ser por el empeño de Manuel Araya, antiguo chófer del poeta y que siempre sostuvo que Neruda fue envenenado por el régimen de Pinochet cuando acudió por un empeoramiento de su estado de salud a la Clínica Santa María, en Santiago.

En dicho centro, Neruda le dijo a su compañera sentimental Matilde Urrutia: «Están matando a gente, entregan cadáveres despedazados. La morgue está llena de muertos, la gente está fuera por cientos, reclamando cadáveres. ¿Usted no sabía lo que le pasó a Víctor Jara?, es uno de los despedazados, le destrozaron sus manos… ¿Usted no sabía esto? Si esto es como matar a un ruiseñor, y dicen que él cantaba y cantaba y que esto les enardecía».

El poeta falleció el 23 de setiembre de 1973, doce días después que el dictador Augusto Pinochet y una parte del ejército golpista, con el apoyo de la alta burguesía chilena y con el apoyo de Estados Unidos, ejecutara el golpe que derivó en una cruenta dictadura. La versión de la dictadura fue que el autor de obras como “20 poemas de amor y una canción desesperada” murió por un cáncer de próstata en fase terminal. Una conclusión que fue cuestionada desde el primer día por gente muy cercana al poeta. Entre ellos, la propia Urrutia, el urólogo que atendía al escritor y, sobre todo, el chófer del poeta (Manuel Araya), quien señaló directamente a la dictadura como responsable de la muerte.

Según su versión, le fue suministrado veneno a través de una inyección y que le fue suministrada en el mismo centro hospitalario en el habían fallecido en condiciones muy extrañas algunos dirigente de la izquierda chilena. En su libro “Sombras sobre Isla Negra. La misteriosa muerte de Pablo Neruda”, el periodista e historiador Mario Amorós recoge diversos testimonios relacionados con el caso y en ellos queda patente que muchas de las declaraciones de Matilde Urrutia y Manuel Araya no coincidían o resultaban contradictorias. No obstante, Amorós destaca que Neruda fue «una víctima de la dictadura de Pinochet, del sufrimiento que le causó el bombardeo al Palacio de la Moneda y de la represión que padecieron sus compañeros y amigos; es esto, sin duda, lo que le condujo a la muerte».