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ENTREVISTA
Interview
diego vadillo lópez
Autor de ‘‘Semblanza de un juglar libertario y conceptuoso’’

«Evaristo merece un asiento en la RAE»

La verborrea de Evaristo Páramos es más que conocida. Sin embargo, muchas veces no nos lo tomamos en serio. «¿Todo? No», que cantaría el gallego de Agurain. El doctor en Bellas Artes Diego Vadillo ha analizado las letras de su extensa carrera y reclama para él un asiento en la Real Academia de la Lengua Española (RAE). En serio.

Diego Vadillo (derecha), en una de las presentaciones de su libro. (FOTOGRAFÍA CEDIDA POR DIEGO VADILLO)

Diego Vadillo nació en Madrid en 1977, apenas dos años antes de que Evaristo Páramos crease La Polla Records. El punk de la banda alavesa le llegó en la adolescencia y ahora, ya como licenciado en Ciencias Políticas y doctor en Bellas Artes, se ha aventurado a analizar letras y entrevistas del de Agurain en ‘‘Evaristo Páramos: Semblanza de un juglar libertario y conceptuoso’’. Y la conclusión es clara: «Cuando pasen décadas, Evaristo será de lo que quede».

Profesor de Lengua, licenciado en Ciencias Políticas, doctor en Bellas Artes y ¿fan de Evaristo Páramos?

Sin duda. En la adolescencia me llegó un casete grabado por un amigo del colegio y me pareció fascinante, provocativo y genial. Algunas canciones no las entendía muy bien, pero otras me hacían mucha gracia y me resultaban curiosas y las escuchaba con suma fruición. Soy seguidor del personaje.

¿Juglar?

Veo en él al equivalente de lo que eran los juglares del Mester de Juglaría de la Edad Media. Tipos con una formación irregular -en el caso de Evaristo no tiene muchos años de enseñanza reglada-, pero sí una cultura general que se ha ido labrando de forma autodidacta. Y hace algo parecido a lo que hacían estos personajes: ir por las poblaciones cantando y contando. Juglares había de mucho tipo y eran entretenedores, se acompañaban de músicos, hablaban de temas históricos o legendarios, más desenfadados... Y Evaristo también hace mucha pantomima.

No lo veo en un banquete real.

No creo que fuera muy bien visto. Ni siquiera invitado a esos cenáculos.

También lo define como «genio lego».

Evaristo se ha labrado una cultura por ser de una inteligencia viva, natural. Y ha sido una persona a la que le ha interesado la cultura y que se ha ido forjando una propia. Es un tipo despierto que, a través de muchas lecturas irregulares, tiene una manera crítica de ver la realidad que hace interesantes sus letras. En un principio fue un melómano que no fue educado en los primores del canto y la música clásica. Él halló el punk y demostró que enterraba un espíritu melómano, una inteligencia viva y mucha inquietud.

Las circustancias socio-económicas en las que pudo nacer a la vida no son las de otros y, quizá no tuvo la paciencia y el entorno que le incentivara a seguir otra vía.

Letras punk que dan para un libro. ¿Qué encontrará quien se aventure en esta lectura?

Lo que hallo es una armonía de fondo y forma. Salvando mucho las distancias, puedo decir que comparte con fray Luis de León, asceta del siglo XVI, un temperamento inconformista y audaz y también una escritura con un aliño melódico, porque la melodía está en Evaristo. La melodía le brota como le brotan las letras. Él hace un ejercicio de ajuste de melodía y de letras y le ha ayudado a canalizar sus respectivos ímpetus. Ante una realidad que se le escapa parece ordenar dicha realidad a través de su orbe cancioneril.

Si te fijas en muchas de sus letras tiene los versos en esticomitia, que quiere decir que la pausa versal coincide con la morfosintáctica. Y muchos versos son un pensamiento en sí mismo, son autónomos. Pero tiene ese sentido de la ordenación. Te das cuenta de que todo ese ingente mensaje subversivo ácrata va canalizado de una manera versal con un sentido de la armonía muy acusado.

¡Y nosotros cantándolas sin más!

El propio Evaristo le dijo a la editora que había comentado alguna cosa de sus canciones que ni él mismo se había dado cuenta. El subconsciente, con todo su acumulado de experiencias, está ahí. Y cuando plasmas un pensamiento en un escrito te das cuenta que sale lo que no tenías premeditado.

Son más de cuarenta años componiendo canciones. ¿Qué desarrollo observa?

Lo que he observado es una coherencia de obra. El tema de las nucleares, el machismo, el Estado... se van repitiendo de distinta manera.

Un cantante se presenta como un líder, un profeta.

Canciones como “Ellos dicenmierda” en Latinoámerica tienen un significado completamente distinto. Pero la gente se la ha llevado a su terreno. Al final, canta cosas que son de interés general y que afectan a personas de muy distintos polos geográficos.

Tiene esa capacidad de crear apotegmas, dichos sentenciosos. Anuda melodías coreables con dichos sentenciosos con mucho trasfondo y ahí se crea la tormenta perfecta. Ha tenido el mérito de calar en un público que es el que lo ha aupado, porque no ha contado con grandes patrocinios y es lo que le da el carácter juglaresco y popular.

¿Y quién es Evaristo Páramos?

Un reponedor de funestas evidencias envasadas en el molde cancioneril y ubicados en los lineales del supermercado de la conciencia colectiva..

Uf... ¿Nos lo tomamos suficientemente en serio?

Ahí pesa su temperamento ácrata, su manera de desolemnizarlo todo, empezando por sí mismo, siguiendo esa máxima tan punk de “Fóllate al líder”. Es un personaje complejo. Tiene ese punto desenfadado, de quitarse carga de solemnidad y mucha gente lo puede confundir. Por mucho que el teatralice, no deja de lanzar reflexiones interesantes.

Tanto que aparece junto a figuras como Bakunin, Chomsky o Valle-Inclán.

Sí, como te he comentado he visto paralelismos con Fray Luis de León. Salvamos las distancias, pero comparte ese espíritu melómano y de confrontación con el mundo, en el que no se encuentra a gusto. Con Quevedo y otros clásicos del Barroco le veo ser capaz de escribir como él dice técnicamente “una canción de amor”, solo para decir que es capaz de hacerlo. Veo, por ejemplo, la de “Pastelarium” que creo que será un pastiche de una canción de amor y por momentos es sublime. Luego tiene esos dichos sentenciosos y el fuera de tono que tenía Valle-Inclán. Pero tiene ese componente de personaje singular, ácrata, conceptuoso, por lo que no es difícil que lo emparentemos con muchos de nuestros clásicos.

¿Lo estudiaremos?

Evaristo será de lo que quede. Cuando se haga un estudio panorámico, pasen décadas... habrá grupos que hayan escrito letras y melodías muy potentes, pero cuando vayamos más allá y rasquemos, aquí tenemos un cancionero que puede sostener muchos estudios.

Tanto que defiende «un asiento en la RAE» para Páramos.

Lo merece. No es descabellado. Tiene una trayectoria larga, de escritura y de recitación, porque cantar tiene que ver con el compartir por vía oral unos versos plasmados antes en negro sobre blanco. Es un tipo que maneja muy bien el lenguaje vivo de la calle y maneja unas jergas que podía llevar a la academia y, junto con otros filólogos y lingüistas, debatir y ver de qué manera se podrían incluir en el diccionario determinados argots o palabras de según qué jergas callejeras de las que él ha estado más cerca que otros académicos.