El Departamento de Defensa de Estados Unidos decía ayer desconocer el origen de los tres artefactos derribados en los últimos tres días en EEUU y Canadá, y reconocía que no podía determinar aún si son chinos como aseguró que lo era el globo espía abatido el pasado día 4. El Gobierno chino ha alegado que dicho globo tenía fines científicos.

A su vez, Pekín afirmó que globos estadounidenses sobrevolaron al menos diez veces el país asiático durante el último año y que es común que eso suceda. «No es nada raro que globos de EEUU entren ilegalmente en el espacio aéreo de otro país», señaló el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin.

Wang instó a Washington a «reflexionar» sobre su propio comportamiento y cambiar «prácticas equivocadas». Pekín, advirtió, «se reserva el derecho a tomar las medidas necesarias para responder a incidentes relevantes».

«No es verdad. No lo hemos hecho. No es para nada cierto», replicó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby. Washington asegura que «es China la que tiene un programa de globos de vigilancia para recabar información de Inteligencia» con presencia de estos aparatos en «más de 40 países».

Para rizar el rizo, el Gobierno de Taiwán dijo haber observado multitud de globos chinos supuestamente espías en su espacio aéreo en los últimos años, lo que acrecienta su temor a que Pekín pueda preparar un ataque contra el país.

El caso es que, ya sean globos o no, estos objetos se han convertido en un nuevo factor de crisis entre EEUU y China. El 2 de febrero, el Pentágono informó de que había detectado un globo aerostático espía de China sobrevolando su territorio a gran altura y precisó que no era la primera vez que observaba la actividad de globos de este tipo en los últimos años. El avistamiento provocó la suspensión del viaje a Pekín que tenía previsto el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, al tomarlo como una «inaceptable» violación de la soberanía. Dos días más tarde, EEUU derribó el «globo espía» y sus restos cayeron sobre el mar, donde fueron recogidos.

Otros tres aparatos no identificados fueron derribados por el Ejército estadounidense. El último sobre el lago Hurón, en Michigan, y dos anteriores sobre Canadá y Alaska.

La crisis coincide con la gira esta semana a Europa del principal asesor de política exterior del presidente chino, Xi Jinping, que incluirá también la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde coincidirá con otros líderes internacionales.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se sumó a la polémica de los objetos volantes afirmando que son «parte de un patrón» en el que China y Rusia «están aumentando las actividades de vigilancia e Inteligencia» contra países de la Alianza. Y como respuesta propuso aumentar el espionaje de los aliados occidentales, recopilando más datos, «también de satélites comerciales, y después compartirlos en la estructura de mando de la OTAN».

La Casa Blanca llevó esta obsesión propia de la Guerra Fría hasta aclarar a los estadounidenses que, pese al aumento de la detección de estos objetos, «no hay indicios de actividad extraterrestre».

Txinaren eta Filipinen arteko gatazka itsasoan

Filipinek Txinari leporatu zioten laser militar batez bere Kostaldeko Guardiako ontzi baten kontra eraso egitea, aldi baterako itsutuz ontzigainean zeuden eskifaia kideak. Gatazka otsailaren 6an gertatu zen, Second Thomas atoloitik hogei bat kilometrora, Spratly artxipelagoan. Aldi berean, «maniobra arriskutsuak» egitea eta 140 metrotara hurbildu izana salatu zuen Filipinetako Kostaldeko Guardiak. Azaldu zuenez, Filipinetako patruila «txandakatze eta hornitze misio» batean zegoen, hondar-banku batean hondoa jota geratu zen abandonatuko ontzi batean. Soldaduek ontzi hau hartu zuten Manilako lurralde erreklamazioak baliarazteko. «Filipinetako Mendebaldeko Itsasoaren zati honetan Manilaren eskubide subiranoen urraketa eta mespretxua nabarmenak dira», adierazi zuen. Baina Txinak, bere aldetik, argitu zuen «Filipinetako ontzia Txinako uretan baimenik gabe sartu ondoren modu profesional eta neurritsuan» jardun zuela. Energia eta arrantza baliabide aberatsak dituen espazio estrategiko hau ia osorik berea dela aldarrikatzen du Pekinek, baina Filipinek, Vietnamek, Malaysiak eta Brunei ere erreklamazioak egin dituzte. Gainera, Ameriketako Estatu Batuak ur hauetan Pekinen mugimenduak eragozten saiatzen ari dira, bi herrialdeek Ozeano Barean daukaten eragina handitzearren mantentzen duten lehiaren erdian. Helburu horrekin, AEBek Filipinetan lau base berri zabaltzeko aukera ematen dion akordioa sinatu zuten Washingtonek eta Manilak. GARA