Ainhoa ZULUAGA MARTÍN
KOLABORAZIOA

La revisión de la EAU, a examen

En qué he fallado?». Esta es la pregunta que se hizo mi hijo al conocer la nota del examen de matemáticas de la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EAU). Sacó un 5,5, una nota totalmente decepcionante teniendo en cuenta que quería estudiar Física. El segundo corrector le subió a un 8,13, pero él todavía no estaba de acuerdo con la nota. Ha salido la plantilla del examen corregido y todas las respuestas son correctas. Mi hijo sigue preguntándose: «¿en qué he fallado?».

He detectado que todo el procedimiento de revisión del examen de la EAU, desde el inicio hasta el recurso de alzada, está dirigido para que sea eficaz para la UPV pero desfavorable para los estudiantes que realizan esta importante prueba que define la carrera a la que pueden acceder por nota. Estamos hablando de su futuro.

Puede parecer una afirmación rotunda, pero no hemos sido capaces de conocer qué fallos ha cometido y lo hemos reclamado de todas las formas posibles: formalmente mediante un recurso de alzada (con una respuesta decepcionante que solo hace mención a la corrección del procedimiento) y con un email informal en el que la UPV responde que «No podemos prestar ese tipo de servicio». Es decir, los alumnos no pueden saber en qué han fallado.

No sé en qué momento se quitó la posibilidad de que los alumnos pudieran revisar su examen presencialmente con algún profesor. Hoy en día esa posibilidad no existe en la EAU. Por ello, es importante que el procedimiento y normas de revisión a distancia sean, si cabe, más garantistas.

Escribí una denuncia a la UPV enumerando algunos de los derechos que, a mi entender, se conculcan en el proceso de revisión y pidiendo un contacto para mejorar el procedimiento; a día de hoy, la UPV no me ha respondido.

Dada la falta de respuesta acudí al Ararteko que simplemente ha dado por buena la versión de la UPV (que, por cierto, al Ararteko sí que ha respondido). Indican que «la evaluación para el acceso a la Universidad es un procedimiento complejo al que concurren más de 13.000 estudiantes al año en Euskadi». Pero, ¿cuántos piden la revisión? No me parece tan complejo que el corrector haga sus indicaciones de forma comprensible para el estudiante, o que los alumnos puedan ver su examen corregido antes de pedir una revisión (que, en muchos casos, va a la baja), o que el segundo corrector se enfrente al examen sin tener conocimiento de la corrección anterior o incluso, que si escribes el recurso en euskera se conteste en euskera y no en castellano, como ha sido el caso. ¿De verdad es tan complejo?

La última frase del escrito del Ararteko dice que «en el ejercicio de sus derechos como ciudadana, puede dirigirse a las administraciones públicas para formular las peticiones que crea apropiadas, sin que tenga que descartar contactar de nuevo con la propia Universidad del País Vasco». Si es precisamente la falta de respuesta de la UPV por la que he acudido al Ararteko. Sería un chiste malo si no fuera porque de lo que hablamos es del desamparo en el que se encuentran los estudiantes frente a las instituciones educativas.