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Tensión entre el canciller Scholz y la ministra Baerbock

La ministra de Exteriores y el canciller, en una reciente reunión del Gabinete alemán. (John MACDOUGALL | AFP)

La tensión entre el canciller alemán, Olaf Scholz, y la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, se multiplica con el riesgo de desdibujar los mensajes de Berlín en la escena internacional.

La Conferencia de Seguridad de Munich, que arranca hoy, es el último ejemplo. El Gobierno alemán debía presentar antes de su inicio, según el acuerdo de coalición firmado a finales de 2021, su «estrategia de defensa nacional». Pero la lucha entre el socialdemócrata Scholz y la ecologista Baerbock, que se disputan el control del proyecto, ha llevado a su aplazamiento indefinido. Medios locales, como el semanario “Die Zeit”, hablan de «ruptura». La situación parece desfavorable a Scholz, poco dado a la comunicación y sí a las decisiones meditadas a puerta cerrada de la Cancillería, frente a Baerbock, de trabajada imagen.

La ministra «respeta el control tradicional de la Cancillería, sin renunciar a sus propias ideas», explica a AFP el politólogo Gero Neugebauer. Y añade que Scholz no tiene intención de «dejar que le dicten los principios fundamentales de la diplomacia alemana». «La relación está marcada por una tendencia al conflicto», opina.

La ayuda militar a Ucrania es uno de los principales puntos conflictivos: Baerbock hace campaña para que Berlín aumente su apoy a Kiev y Scholz parece querer postergarlo y actuar forzado por su ministra.

Otro punto de fricción es China. Baerbock, partidaria de una líinea dura con Pekín, criticó la visita de Scholz a Xi Jinping, y se opone a la venta a China de terminales en el puerto de Hamburgo.

Desde el entorno de Scholz se asegura que «los errores de Baerbock se registran cuidadosamente en la Cancillería».

La difícil relación entre ambos «paraliza la coalición y la política exterior de Alemania», estima “Der Spiegel”.