La invisible interacción del capitalismo

Los titulares de cuanto ha ocurrido esta semana han desbaratado mi orden de escritura y no sé por dónde empezar. Como todos andan a la par en injusticia y desigualdad, empezaré por la avaricia de Iberdrola que habiendo aumentado sus dividendos un 11,6%, ha recurrido ante los tribunales la tasa sobre «beneficios extraordinarios». Para que nos entendamos, 200 millones de euros a pagar frente a 4.339 millones de ganancias. Otra cuestión tiene que ver con la explotación laboral, pero esta vez entre personas que pasan a nuestro lado y no sabemos que tienen alma de esclavistas. Informan de «el 97,22% de las trabajadoras del hogar internas no cobra el SMI». Además, a las mujeres migradas y sin papeles se les imponen condiciones que podrían aparecer, si existiese, en el manual de la esclavitud moderna. Para terminar, quisiera remarcar la preocupación con que miro los movimientos militares, armamentistas y políticos en torno a la guerra de Ucrania. Los discursos otanistas y estadounidenses se van estrechando a medida que la táctica belicista se va definiendo en un único y peligroso frente. Estos titulares relatan hechos que, aunque distintos, se unen en una interacción invisible y, junto a otros, conforman la realidad de desastres económicos, sociales y humanos a la que nos arrastra el capitalismo.