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Israel pacta con Abbas más control sobre la respuesta a la ocupación

El Gobierno israelí prepara la aplicación de la pena de muerte para castigar a la resistencia palestina a la vez que acordó con la Autoridad Palestina el control de la respuesta a la ocupación en un pacto para frenar una «escalada» que ayer registró otros tres muertos.

Soldados israelíes bloquean una carretera tras el ataque mortal a dos colonos. (Ahmad GHRABLI | AFP)

Mientras en la ciudad de Aqaba, en la costa del Mar Rojo, delegaciones del Gobierno israelí, EEUU, Jordania, Egipto y la Autoridad Palestina (ANP) de Mahmud Abbas negociaban un acuerdo para «desescalar» meses de violencia, la realidad de la ocupación de Palestina mostraba que estos pactos sirven a otros objetivos.

Las delegaciones se comprometieron a «prevenir cualquier nuevo episodio de violencia» y trabajar para «desescalar sobre el terreno», según un comunicado conjunto que recogía el compromiso de «cesar las medidas unilaterales» en los próximos meses.

El compromiso de Israel se limita a «suspender el debate sobre el establecimiento de cualquier unidad de asentamiento nueva durante cuatro meses», y «cualquier ratificación del establecimientos de nuevos asentamientos durante seis meses», pero dejó claro que no cambiará la reciente decisión de regularizar nueve colonias y construir 9.500 viviendas más en Cisjordania.

Además, el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, aseguró que la construcción de colonias no se detendrá, «ni siquiera por un solo día», y el Ejército seguirá actuando «sin ninguna limitación».

También se acordó dar mayores atribuciones a los servicios de seguridad de la ANP para detener a supuestos sospechosos de actos de resistencia contra la ocupación.

Pena de muerte

A la vez, un comité ministerial israelí daba la aprobación preliminar a una ley, impulsada por el partido ultraderechista Poder Judío, que permitiría aplicar la pena de muerte a palestinos que lleven a cabo ataques contra judíos israelíes.

Esta medida, incluida en los acuerdos de coalición del actual Gobierno y que deberá ser aprobada en cinco instancias más antes de entrar en vigor, implicaría un histórico cambio en el Estado judío respecto a la pena de muerte, que no se aplica desde hace 60 años, y que podría englobar casi cualquier acción de resistencia palestina.

Su aprobación preliminar llega tras un ataque ayer cerca de Nablús, en Cisjordania, en el que un palestino que logró huir mató con un arma de fuego a dos colonos, y en el marco de una importante escalada de violencia en la zona.

Además, un palestino murió y varios más resultaron heridos por disparos durante un asalto de colonos contra varios pueblos palestinos en que atacaron a residentes, quemaron decenas de viviendas y vehículos, ante la presencia de soldados israelíes.

Estos ataques elevan a 13 la cifra de israelíes fallecidos y a 63 los palestinos muertos en lo que va de año, 12 de ellos en una redada del Ejército en Nablús el pasado miércoles.

Tras la aprobación de la medida sobre la pena de muerte, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, advirtió de que Israel seguirá actuando «de todas las maneras» y «respondiendo con fuerza» para «disuadir a los terroristas», lo que dista mucho de la declaración sobre la desescalada firmada en Jordania.

En este contexto, apenas será efectiva más allá del objetivo de que la desacreditada Autoridad Palestina de Abbas intente controlar la respuesta contra la ocupación y mantenga la colaboración con Israel. Movimientos como el de la Guarida de los Leones ignoran el liderazgo de la ANP.