Asier Martínez, vigente campeón de Europa y bronce mundialista en 110 metros vallas, causará baja en el Campeonato de Europa de pista cubierta que se celebra este fin de semana en Estambul por una lumbalgia discal. Así lo anunciaban ayer tanto la Federación española de Atletismo como el propio vallista de Zizur Nagusia. Así las cosas, el valenciano Kevin Sánchez sustituirá a Asier Martínez en la prueba de 60 metros vallas.

El atleta navarro no ha empezado de la mejor forma esta temporada de pista cubierta. En el último Campeonato de España fue descalificado después de tirar tres vallas y entró en última plaza en la final de 60 metros vallas, por lo que no tuvo opción de competir por las medallas, tal y como se esperaba.

Los problemas e irregularidades para el vallista de Zizur Nagusia comenzaron en el Mitin de París, en el que no logró pasar de la quinta posición a causa de unos problemas técnicos con la última valla. Anteriormente, se había impuesto en la prueba de Luxemburgo y terminó en segunda posición en Karlsruhe, igualado con el valenciano Quique Llopis. Ahora, unas inoportunas molestias de lumbalgia, lo mantendrán fuera de las pistas de atletismo por un tiempo indeterminado.

«Ikusiko dugu elkar laster», publicaba el propio Asier Martínez en sus redes sociales a modo de despedida momentánea.

«MANTENER EL NIVEL»

Hace escasos días, Asier Martínez recogía por segundo año consecutivo el galardón al Mejor Deportista de Nafarroa y declaraba que su idea era, ante todo, «seguir trabajando para mantener el nivel».

Preguntado por sus próximos retos deportivos, el vallista de Zizur Nagusia prefirió no mencionar expresamente el inminente Europeo de pista cubierta de Estambul. En lugar de citas concretas, centró sus objetivos prioritarios en «acreditarme en un buen nivel, seguir mejorando, verme competitivo en el nivel internacional... Mantener el nivel que he acreditado otros años. Ese es el objetivo principal, aunque es un poco abstracto».

Por otro lado, volvió a tener palabras de gratitud hacia su entrenador François Beoringyan a quien dedicó el galardón y definió como el «culpable» de sus éxitos; unos éxitos que, por problemas de salud, tendrán que esperar hasta un mejor momento.