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JERUSALÉN

La deriva del Gobierno israelí da alas a otro pogromo contra los palestinos

Amparados por las políticas de ocupación y acompañados por soldados israelíes, cientos de colonos llevaron a cabo uno de los pogromos más graves de los últimos años. Cientos de ellos atacaron varias aldeas dejando al menos un muerto, y decenas de casas y vehículos calcinados. Algunos volvieron ayer a unas calles desiertas por el miedo.

Vista aérea de decenas de vehículos calcinados tras el ataque de colonos en Huwara.
Vista aérea de decenas de vehículos calcinados tras el ataque de colonos en Huwara. (Ronaldo SCHEMDIT | AFP)

Si desde hace meses, casi a diario, son los soldados los que dejan muertos, heridos y casas destruidas en localidades como Nablús o Jenin, no lejos de allí el domingo por la noche fueron cientos de colonos, armados con cuchillos, cócteles molotov y armas de fuego los que aterrorizaron a la población del pueblo palestino de Huwara, dejando un muerto, cientos de heridos, decenas de viviendas carbonizadas y coches reducidos a cenizas.

Unos 400 colonos quisieron vengar así un ataque palestino que mató a dos israelíes horas antes.

Ante la presencia de soldados israelíes, destruyeron todo a su paso y dejaron al menos 75 viviendas quemadas. También agredieron a las ambulancias que acudieron a atender a los heridos, mataron a un rebaño entero de ovejas y arrancaron olivos y otros cultivos de agricultores palestinos.

Ayer un grupo volvió a Huwara, de nuevo protegido por soldados, para rezar de camino a los funerales de los colonos muertos en un pueblo desierto por el miedo, con las tiendas cerradas, y por el que apenas circulaban vehículos palestinos.

Entre piedras, contenedores de basura consumidos por las llamas, restos carbonizados y un intenso olor a quemado, las pocas personas que se veían eran las que se asomaban temerosas desde sus balcones o salían con cautela a tapiar las ventanas destruidas por las pedradas.

Si el pogromo del domingo es uno de los más graves en años, la amenaza y el miedo son constantes entre la población palestina, y el temor aumenta por la deriva del Gobierno ultra israelí. «Cada vez que pasa algo, ya sea en Jerusalén, en Tel Aviv o donde sea, los colonos vienen y nos atacan, nos tiran piedras, queman nuestros autos», explica Mohamed Abdulkarim Domaide frente a su vivienda quemada, de la que huyó con toda su familia.

Y la situación podría repetirse, ya que ayer un israelí de 25 años murió tras recibir un disparo cerca de Jericó.

El asalto de Huwara se extendió a otras aldeas palestinas cercanas como Burin, Zatara, Odala y Asira al-Qabaliyya,

El Ejército justificó su pasividad por la magnitud del ataque y ayer anunció el refuerzo de sus tropas en la zona con dos batallones más, y el aumento de los controles en la entrada y salida de Nablús, pero su presencia no hace sino aumentar el miedo entre los palestinos.

El ataque provocó un rechazo generalizado en el mundo, incluso entre la oposición israelí. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, ordenó a sus tropas prepararse para «días difíciles». En general, las autoridades pidieron a los colonos que «no se tomen la justicia por su mano» y dejen actuar al Ejército, aunque algunos de los ministros más ultras aprobaron el asalto al considerarlo «un acto de disuasión contra el terrorismo».

Netanyahu confirma que no parará la colonización

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, negó que vaya a haber una suspensión en la construcción de colonias en Cisjordania, contradiciendo el comunicado final de la reunión del domingo en Jordania con delegados de Israel, EEUU y la Autoridad Palestina, supuestamente para impulsar una «desescalada» en la situación de violencia. Su Gobierno añadió que tampoco cambiará la actuación del Ejército. «La construcción y la regulación en Judea y Samaria (Cisjordania) continuará en línea con la planificación original y el calendario de construcción, sin cambios. No hay y no habrá congelación», señaló Netanyahu, confirmando que no se siente concernido por el compromiso de no adoptar medidas unilaterales que puedan agravar la tensión, por lo que el pacto compromete, sobre todo, a la colaboración de la Autoridad Palestina en la seguridad de Israel. GARA