GARA Euskal Herriko egunkaria
CRISIS EN LA SANIDAD PÚBLICA

Remírez ofrece la carrera profesional si se para la huelga de Osasunbidea

El consejero de la Función Pública de Nafarroa se abre a desbloquear la carrera profesional para funcionarios no sanitarios. Este punto conformaba la demanda más ambiciosa de los sindicatos mayoritarios en Osasunbidea, que deberían renunciar a cambio a la huelga del 23 de marzo.

Manifestación de la huelga en la Administración del pasado día 15. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Javier Remírez finalmente ha entrado a calmar las aguas en Osasunbidea. Hoy, o mañana como tarde, está previsto negociar los detalles del eventual acuerdo. El consejero de la Función Pública estaría dispuesto a reconocer la carrera profesional del funcionariado no sanitario. A cambio, pide paz social.

«Del acuerdo se está hablando en la Mesa General, pues es ahí donde estaba el bloqueo. Pero quienes estamos poniendo toda la carne en el asador somos nosotros, Osasunbidea», aseguró a GARA Iban Irisarri, portavoz del sindicato LAB en Salud.

Remírez propone modificar este punto a través de una proposición de ley que se plantearía al Parlamento en un marco de «ausencia de conflicto», según comunicaron los sindicatos del bloque mayoritario en una nota de prensa, donde informaron de puntos clave tratados en la Mesa General.

Hay más elementos sobre la mesa. Remírez se muestra «favorable a implementar algunas medidas de acuerdos anteriores que no se han llegado a desarrollar y que están incluidas en las reivindicaciones del comité de huelga formado por LAB, SAE, UGT, ELA y CCOO, como sería el caso de la homologación de festivos, turnicidad y nocturnidad».

La otra gran promesa, ya más a largo plazo, sería un «compromiso de trabajo» para que en la próxima legislatura se negociara la reforma del Estatuto del Personal al servicio de las Administraciones Públicas de Nafarroa, incluyendo con ello «la adecuada reclasificación de muchos colectivos profesionales».

Además de la huelga del 23, se está trabajando en una gran movilización ciudadana en defensa de la sanidad pública para el próximo día 18. Esta cita se mantiene.

El Gobierno parece haber optado por cesiones en todos los marcos negociadores con el objetivo de llegar a las siguientes elecciones con la situación en Salud más relajada. Así, Remírez movió ficha para tratar de resolver el problema de la mayoría sindical, mientras que accedía a una de las dos peticiones que le formuló UPN para sacar adelante el pacto que había cerrado Salud con el Sindicato Médico y que puso fin a la huelga.

En concreto, la gestión realizada por el Gobierno es la consideración de la zona de Tutera como «de difícil cobertura», lo que generará pluses económicos para los médicos que trabajen en esa zona.

La segunda condición necesaria que puso UPN sobre la mesa para apoyar el pacto alcanzado por el Gobierno y el Sindicato Médico es que los cambios en la ley 11/1992 se lleven a cabo por la vía de las enmiendas.

El apoyo de UPN es trascendente, pues el Gobierno no cuenta con el respaldo de sus socios habituales para cumplir lo que prometió. Eso sí, uno de los puntos más conflictivos coincide con la segunda condición que fijó UPN. De modo que, si se elimina, quizá reaparezca margen de negociación.

Existe un tercer conflicto que lleva en solitario el sindicato de Enfermería (Satse). El martes, la portavoz del sindicato se mostraba optimista.