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ESTAMBUL
UN MES DE LOS TERREMOTOS DE TURQUÍA, KURDISTÁN Y SIRIA

La población turca vive aún con miedo, entre el dolor y las ruinas

Millones de personas sufren todavía en Turquía las consecuencias del desastre con familiares muertos, ciudades en ruinas, escombros bloqueando las calles y obligados a vivir una nueva vida en tiendas de campaña. Se han iniciado procesos contra contratistas y promotores, pero no contra políticos, mientras una economía ya en crisis acusa un golpe del 4% de su PIB.

Dos mujeres en uno de los campamentos de desplazados en la ciudad Kahramanmaras.
Dos mujeres en uno de los campamentos de desplazados en la ciudad Kahramanmaras. (Eylul YASAR | AFP)

Los terremotos que asolaron Turquía el 6 de febrero «el peor desastre natural en un siglo en Europa», según la Organización Mundial de la Salud, dejaron un país que sigue traumatizado un mes después,

El seísmo de magnitud 7,8, seguido por otro nueve horas después de magnitud 7,6, mató a 46.104 personas e hirió a 105.000 en Turquía, según los últimos balances de víctimas, que aún no son los definitivos.

También destruyó o dañó 214.000 edificios, algunos de más de 10 pisos de altura, en 11 de las 81 provincias turcas.

Las ciudades de las provincias de Kahramanmaras y Hatay, en la frontera con Siria, han quedado devastadas, obligando a enterrar apresuradamente a miles de personas en cementerios improvisados en campos y en el bosque.

Las autoridades turcas estiman que 14 millones de personas se vieron afectadas por los terremotos, una sexta parte de la población. Entre ellos, 3,3 millones tuvieron que abandonar las zonas del desastre y casi dos millones viven actualmente en tiendas de campaña o en contenedores. Cualquier réplica, por pequeña que sea, puede derribar un inmueble dañado, como ocurrió el domingo en la ciudad de Sanliurfa, donde se desplomó un bloque de seis plantas.

En el mes que ha seguido al desastre se han registrado más de 13.000 réplicas, manteniendo entre la población un pánico que se añade a una fuerte ira contra el Estado, que tardó hasta 50 horas en desplegar ayuda, mientras decenas de miles de personas quedaban abandonadas entre los escombros. El presidente, Recep Tayyip Erdogan, reconoció los retrasos y los atribuyó «al efecto devastador de los temblores y el mal tiempo».

Los turcos culpan también a promotores y contratistas. Se han iniciado procesos judiciales contra 997 personas involucradas en la construcción de estos edificios. 247 han sido arrestados, incluidos varios que intentaban huir del país. Pero ningún cargo público ha renunciado o ha sido destituido. Solo el alcalde del AKP (el partido presidencial) de un pequeño pueblo fue detenido.

La economía turca, que ya atravesaba una crisis ligada al desplome de su moneda y a la inflación galopante, debe ahora absorber las consecuencias del terremoto, que causó daños por valor de más de 32.000 millones de euros, el 4% del PIB turco, según el Banco Mundial. No incluye los costes de reconstrucción, que podrían ser el doble, ni las consecuencias sobre el crecimiento futuro de Turquía.

Erdogan prometió construir «para dentro de un año» más de 450.000 viviendas con estándares antisísmicos y anunció el pago de 100.000 liras turcas (unos 5.000 euros) a familiares de personas fallecidas. Pero la gigantesca tarea de quitar los escombros apenas ha comenzado.

Las heridas de la guerra se agravan en Siria

Los terremotos agravaron los problemas para cuatro millones de personas que ya vivían en Siria en una de las zonas más necesitadas de ayuda humanitaria del mundo. Ya fuera del foco mediático, los escombros no se han movido y muchos cadáveres siguen sin aparecer. La ONU estima que las viviendas de 2,7 millones de personas sufrieron algún daño. Más de 500.000 se vieron obligadas a dejar sus hogares en un país que ya tenía 6,8 millones de desplazados. Incluso la cifra de 6.000 fallecidos es difícil de verificar, ya que parte se registró en zonas fuera del control del Gobierno. Algunas personas «sobreviven con una bolsa de pan y comida en lata, que es todo lo que han recibido en este último mes», durante el que al menos sí se ha permitido el envío de ayuda humanitaria, señala el Consejo Noruego para los Refugiados.GARA