Toda la polémica que ha rodeado la nominación al Óscar de su protagonista, Andrea Riseborough, corre peligro de eclipsar a esta muy humilde producción que se abrió poco a poco paso gracias al Festival SXSW. En el citado festival, ‘‘To Lestie’’ cosechó buenas críticas, y fue casi condenado al ostracismo con posterioridad. Andrea Riseborough no fue nominada al Globo de Oro, a los Critics Choics ni a los SAG Awards, los premios del sindicato de actores y actrices.

Sin embargo, y aquí radica el gran valor, su nominación al Óscar se produjo gracias a la votación de los Independent Spirit Awards.

Más allá de la epopeya de esta muy modesta producción independiente, rodada por Michael Morris -un autor veterano y curtido sobre todo en series-, destaca el tacto con el que se aborda una historia tan dolorosa como la que protagoniza el personaje encarnado por una excelente Riseborough, en el papel de una mujer que tras haber ganado 190.000 dólares en la lotería, incumplirá su deseo de invertirlo en el bienestar de su hijo y dilapidará su fortuna en constantes juergas.

La acción se desarrolla seis años después de que la protagonista fuera tocada por la diosa Fortuna y la encontramos convertida en una alcohólica a la que echan de moteles de mala muerte porque es incapaz de pagarlos. El filme centra su interés en el inevitable reencuentro entre la madre y su hijo, y alrededor de este punto de inflexión, recorremos un singular universo de bares y música country en el que el tiempo parece haberse detenido. En este paisaje físico y humano tan desolador que se amolda a la perfección a su tono de tragicomedia, la película se muestra sensible en su tratamiento y a pesar de recurrir a los tópicos habituales del “basado en un caso real”.